Capitani empapeló la ciudad ¿y el resto?

 La estrategia del legislador provincial Darío Capitani, de cara a las elecciones municipales del próximo año, es continuar con la instalación de su figura como posible candidato a intendente. El fin de semana empapeló las calles de la ciudad con su rostro y su dirección de página web. Es el dirigente de la oposición que más expone sus intenciones de competir por el Sillón de Viñas ¿Y el resto? ¿Hay otros? ¿Qué espera Juntos por el Cambio para mostrarse como alternativa de poder? ¿Se conformará la Mesa local? ¿O acaso les sienta mejor su rol de oposición y nada más?

 Capitani trabaja con una consultora política que le va indicando los pasos a seguir en su proselitismo diario en momentos donde no hay campaña electoral propiamente dicha producto de la ausencia de comicios en este 2022. Desde el bunker del Pro entienden que se trata de un “proceso de instalación” que sí tiene como fin el 2023, pero “sin apurar los tiempos”.

 El otro dirigente importante del macrismo, dos veces candidato a intendente, Juan Zazzetti, ya reconoció que sus intenciones de competir por tercera vez se mantienen intactas. Sin embargo, no muestra actividad pública. Se mantiene concentrado en su faz privada, esperando definiciones futuras tanto en el plano interno como con el resto de los socios de Juntos por el Cambio. Por ahora mira el partido desde el alambrado.

 Para el Pro, Capitani es la opción número 1 para encabezar la boleta en 2023. Agotarán todas las instancias para que el grueso de la oposición local se encolumne detrás de su figura. “Nosotros sacamos el 30 por ciento en las últimas elecciones municipales, la UCR y el Frente Cívico el 5 por ciento, ellos tienen que hablar con nosotros, no nosotros con ellos”, repiten sus principales espadas. Por ahora no hay diálogo formal interpartidario.

 El Pro considera que su núcleo duro está consolidado en ese porcentaje y que el oficialismo se quedó sin candidatos fuertes. En ese contexto, señalan que tienen una oportunidad importante para arrebatarle el poder al PJ tras 24 años. Sin embargo, el análisis no es tan sencillo. Hay otros factores (políticos, obvio) que dificultan la candidatura de Capitani.

 Primero, con el apoyo solo del Pro parecería no alcanzarle. Ningún partido por sí solo hoy gana elecciones, las coaliciones electorales demuestran potencia a la hora de las urnas. Segundo, su pelea feroz con Luis Juez -principal candidato opositor en Córdoba- imposibilita el avance del diálogo con el Frente Cívico, uno de los socios de Juntos por el Cambio. Y tercero, el radicalismo quiere un candidato propio o consensuado, pero el grueso de la dirigencia rechaza la figura de Capitani. 

 El actual legislador tendrá que sortear muchos obstáculos para erigirse como candidato en 2023. Su construcción política por ahora solo se circunscribe a su espacio político. El resto de la oposición observa el escenario aunque no acciona. El radicalismo asegura que no puede avanzar en la Mesa de Juntos por el Cambio por la pelea Capitani-Juez y tampoco muestra un proyecto o candidato alternativo dentro de la esfera opositora. El juecismo tiene el único fin de “Juez Gobernador”, por lo cual, la confrontación interna en la ciudad queda en su segundo plano.

 La mayoría de los dirigentes opositores consultados por Claves Digital aguardan definiciones provinciales para luego “bajar” a la ciudad. La discusión sobre la mejor herramienta para resolver candidaturas provinciales (¿internas abiertas, cerradas, encuestas?) también podría aplicarse en el plano local y así encauzar un espacio que se muestra disgregado, sin proyecto común. El radicalismo quiere un candidato propio, pero no tiene quién ocupe ese lugar con posibilidades serias de ganar. El juecismo se concentra en la pelea provincial. Y el Pro local trabaja en post de la candidatura de Capitani. 

 Entonces, ¿hay diálogo entre las fuerzas opositoras? ¿hay un proyecto consensuado? ¿un camino que los articule? Por ahora nada. Ya lo hemos dicho en otras oportunidades en esta misma columna, y los meses pasan. Las exclusiones de nombres entre los propios socios les gana por goleada al diálogo interpartidario. “Creo que acá todos tenemos que ser conscientes de que hay que reforzar Juntos por el Cambio. Y dejarnos de ‘boludear’”, frase literal de un dirigente radical que pugna por la unidad opositora.

 En la última semana pasaron por la ciudad tres de los principales dirigentes opositores provinciales, uno de cada partido. Luis Juez (Frente Cívico), Gustavo Santos (Pro) y Rodrigo De Loredo (UCR). Este último continúa sin definir si será candidato a gobernador o a intendente de Córdoba. Si elige la primera opción, tendrá que romper su alianza política con Juez. Si elige lo segundo, podrá unir fuerzas con el primero. Santos prefiere un camino de construcción diferente, aunque en las elecciones primarias del año pasado el resultado terminó siendo contundente a favor de los primeros. 

 En definitiva, la interna provincial también impacta en la ciudad. Esta situación es innegable. Sin embargo, la falta de diálogo formal entre los actores locales resulta el motivo principal en la imposibilidad de conformación de la Mesa Juntos de Cambio. Mientras tanto, el oficialismo reconfigura la unidad hacia 2023 luego de un 2021 con rupturas en lo político y en lo electoral.

Martin Alexis Alanis

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