Crecen los casos y las diferencias políticas

Después de Córdoba capital, por una obvia razón de cantidad de habitantes, las cuatro localidades de la provincia que más casos de coronavirus tuvieron en los últimos 7 días son Villa María (192), Bell Ville (132), Río Cuarto (130) y Río Tercero (125). Villa Nueva aparece en décimo lugar con 71 casos. Es decir, si sumamos los casos en el conglomerado local entre el 18 y el 24 de marzo el número asciende a 263 en apenas siete días.

  Por ahora no se analizan nuevas restricciones. La vacunación avanza en la medida que llegan dosis y los testeos no se detienen en los centros habilitados. En la región sólo localidades como General Deheza o Huanchilla han tomado algunas medidas para intentar frenar la segunda ola, los primeros extremando los controles en el arribo diario de 1.000 camiones (sobre todo para aquellos que llegan de países limítrofes); y los segundos con la prohibición de la actividad nocturna. El resto de las comunidades prefieren esperar y no restringir ante el escaso margen social y político para tomar medidas drásticas, que tendrían un fuerte impacto económico en la población. 

  Mientras el número de camas de internación se mantenga lejos de entrar en colapso, la vida continuará bajo esta “nueva normalidad”. Aquí en Villa María, en Villa Nueva y en toda la región. Los intendentes admiten que no hay margen para restricciones como las tomadas en 2020, salvo una situación sanitaria angustiante. La preocupación sí existe, la posibilidad de tomar medidas duras para la sociedad no.
  Si bien la agenda sanitaria vuelve a imponerse en la atención ciudadana y periodística, en el mundo de la política suceden hechos imperceptibles por la mayoría pero que configuran un mapa de la realidad local. Aquel acuerdo Gill-Accastello, que dejó a la oposición sin la vicepresidencia segunda en el Concejo Deliberante, traería consecuencias en el devenir semanal del cuerpo deliberativo. La oposición se abroquela, no cede ante ninguna iniciativa oficial y el diálogo entre la mayoría y la minoría hoy parece minado. 

 El bloque Vamos Villa María, conformado por macristas y radicales, se siente fortalecido tras el triunfo de Convergencia Radical en las internas del centenario partido. Ganaron los radicales que en 2019 querían la unidad con el Pro y ahora avanzan en el mismo camino rumbo a las próximas municipales. El bloque oficial, en tanto, conformado por gillistas y accastellistas que ya no están tan escindidos, imponen la mayoría para aprobar normativas que responden a sus propios acuerdos internos. Confían en la unidad de cara a las próximas elecciones, sean ahora o más adelante.

  El oficialismo (Hacemos por Villa María) aprobó la ordenanza para crear una comisión de seguimiento de la obra pública. La oposición la rechazó. Si hay coherencia, el bloque minoritario no participará de esa comisión. En efecto, solo oficialistas para controlar los fondos de Nación y Provincia. De lógica tiene poco, pero al menos se entiende el gesto de buscar ser más transparente en la ejecución de recursos públicos. La oposición, en tanto, asegura que los mecanismos de control están escritos en la Carta Orgánica Municipal (COM) y el órgano encargado es el Tribunal de Cuentas.

 Si el oficialismo no acompañó la comisión para seguir la aplicación de las vacunas contra el Covid, la oposición tampoco lo haría con la comisión de transparencia de la obra pública. Dos más dos siguen dando cuatro. Para que haya acuerdos entre los espacios políticos tiene que haber gestos recíprocos, coherencia entre el decir y el hacer, y es obvio que este 2021 tomó otro camino en el Concejo. Parece no haber más tiempo de diálogo: el oficialismo reforzará sus pretensiones de continuidad en el poder; la oposición buscará arrebatarle la intendencia tras 20 años. No importa si las elecciones son ahora (si Gill renuncia) o más adelante (en 2023, como lo establece el calendario electoral), las cartas ya están echadas. Falta mucho, pero los partidos en la arena política se juegan todos los días. Serán dos años de más desencuentros que encuentros entre oficialistas y opositores.

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