Estamos Acá / Bife de chorizo al patio

Las noches de diciembre demandan lindos espacios. Para disfrutar la noche se aconseja buena compañía. En esa búsqueda, damos cuenta de casonas que son patrimonio de la ciudad. Y deben haber patios que se hacen patrimonio de las noches para disfrutar.

Así llegamos con ella, mi pareja, a Estamos Acá, el bar y restó de calle Corrientes al 500. Con sus salones formando una C, el cuadrante central del afuera, te atrapa. Ese exterior rodeado de antiguas galerías te envuelven con cierta magia y abre lugar a mesas dispuestas en el centro y bajo los aleros, un tanto más íntimas.

La carta es variada, por segmento de sandwichería, pizzas y platos (a grandes rasgos) más elaborados o presentados. La recomendación es un bife de chorizo con papas rústicas y la salsa que sugiera el chef.

 Ella pide salmón y una ensalada. La moza nos observa y aconseja un vino blanco: chardonnay. Vale la pena mencionarlo, porque son pocos los lugares donde ponen atención y los jóvenes trabajadores de la gastronomía se atreven a hacerlo. También hay que decir que cada vez son más los restaurantes que se preocupan en la capacitación del personal y eso se refleja en la mesa. Hay que incorporar que son creadores de momentos.

Me informan que a cargo de la cocina están Selene Grosso y Eduardo Massa. Esperamos y consumimos unos grisines que van bien con el chardo y nuestra charla.

Los platos llegan con sendas presentaciones. El bife, como se advertía en la carta, tiene una cocción aproximada de 30 minutos, por lo que no aparece la opción en cuanto al punto preferido. Sin embargo, está bueno, a punto, jugoso y gustoso. Cubierto de una salsa de queso azul y con las papas (sin pelar) como acompañantes ideales de la cremosa elección de los cocineros.

El salmón rosado con salsa Roquefort y ensalada mixta, de ella, también se disfruta en el compartir.

Esos platos y en ese patio, hacen una escena que atrapa. Te abstrae. Te transporta. Estás en otro barrio de otra ciudad, de otro barrio. Si, repito y exagero. Buenos tiempos, buenas cocciones.

En las galerías, donde la hojalatería embellece con sus perfiles los reparos de la noche, la moza ahora dice de varios postres que suenan exquisitos. Tiramisú es uno de los que necesito probar en cada oportunidad. Recomendadísimo. Esponjoso. Las capas se superponen sin que las cremas lo invadan todo.

La cena de buena compañía se viste de gala en la informalidad de un patio villamariense que gana en los sentidos, en esos que hacen al disfrute de una noche de diciembre. Esos que solo se encienden en un patio.

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