Movió primero el accastellismo: Inglese candidato

 El accastellismo movió primero en el complejo tablero de ajedrez del peronismo local: lanzó la candidatura a intendente de Juan Pablo Inglese, el joven funcionario del Gobierno de Córdoba que siempre manifestó su alineamiento con el exintendente Eduardo Accastello.

 Sorprendió a propios y extraños. Nadie esperaba un anuncio semejante en este momento, cuando aún faltan entre 9 y 12 meses para las elecciones municipales (es facultad del intendente fijar la fecha). El peronismo local calmó sus aguas tras la conformación de una lista única en las internas del pasado mes de marzo, lo que suponía transitar un 2022 sin sobresaltos. Y si bien no se avizora un escenario de conflicto, la candidatura de Inglese adelanta tiempos y plantea dudas sobre el grado de consenso o disenso hacia el futuro mediato. 

 Gill mencionó tiempo atrás 10 nombres, entre los que incluyó accastellistas, como posibles candidatos para competir por el Sillón de Viñas. No expresó preferencia por ninguno, al menos en público. Puertas adentro el gillismo habla de mayores posibilidades en dirigentes como Carlos Pizzorno, Luis Negretti y Pablo Rosso. Sin embargo, no habrá ningún pronunciamiento oficial durante este año.

 “Inglese fue presentado como candidato de Hacemos por Córdoba, entendemos que el mensaje fue hacia el interior del peronismo de Córdoba, que también tiene otros candidatos en la ciudad. A nosotros no nos modifica en nada, seguiremos igual, no es tiempo de candidaturas”, expresó un gillista de paladar negro, ante la consulta de Claves. Otro de los históricos militantes del PJ señaló, siempre en off de récord, que “tenemos muchos candidatos a concejales, ninguno a intendente”.

 Y el razonamiento tiene cierta lógica. A excepción de Martín Gill y Eduardo Accastello, ninguno de los nombres que se mencionan despegan en las encuestas. Ninguno por sí solo garantizaría la victoria. Al futuro candidato, sola la unidad absoluta le permitiría exhibir competitividad. En ese marco, cada sector lanzará una posible opción y luego las encuestas o el consenso determinarán un candidato único final, siempre y cuando la misma unidad se exprese en el plano provincial.

 Si bien Gill se ha mostrado proclive a la confluencia con el peronismo provincial (lo dijo nuevamente esta semana en una nota en la TV Pública), el alineamiento del intendente villamariense con la estrategia nacional del PJ de apoyar a Cristina Fernández de Kirchner (lo hizo a través de la firma de un documento y posteos en sus redes), frente al silencio de los peronistas de Hacemos por Córdoba, tal vez abra nuevamente una grieta entre los dirigentes pejotistas cordobeses. 

 En tiempos donde las divisiones se han acentuado, con un peronismo abroquelado tras la figura de CFK, y un Juntos por el Cambio exacerbando sus políticas conservadoras, un escenario de terceras posiciones resulta improbable. Gill dejó en claro que sigue jugando en el Frente de Todos. Y el schiarettismo, con su silencio en torno al pedido de condena a CFK, también dejó asentado su postura. Se habla con las manifestaciones y con los silencios. En ese contexto, ¿el PJ cordobés querrá incorporar al kirchnerismo en las listas del 2023 para competir por la gobernación, sabiendo que la sociedad cordobesa en su mayoría rechaza a los K? La misma pregunta al revés, ¿el kirchnerismo querrá sumarse al PJ cordobés, pese a las enormes diferencias ideológicas existentes o lanzará una candidatura por fuera de la estructura oficial? En cualquier caso, un puñado de votos menos puede resultar decisivo en un escenario de paridad con la oposición.

 Esas miradas que hoy parecen irreconciliables, pueden repercutir en el plano local. Y escenarios totalmente diferentes pueden abrirse con un peronismo unido o divido; y lo mismo aplica para la oposición, que hasta el momento no emite señales de unidad. Inglese ya saltó a la cancha. El gillismo va esperar. Marcos Bovo, actual secretario de Comunicaciones del Gobierno de Córdoba, viene pidiendo pista. Accastello por ahora no muestra interés en subirse a la pelea (de hecho lo designó a Inglese). Hay muchos nombres en danzas. El primero en jugar es el actual secretario de Comercio. Puede ser candidato o no. Depende de las negociaciones futuras entre los sectores. Y también de las encuestas. Comenzó el show. Hora de los pochoclos. 

NOTAS RELACIONADAS

Educación pública en riesgo

El ajuste del Gobierno de Javier Milei no encuentra límites. El objetivo central de alcanzar mes a mes superávit fiscal prima ante cualquier otro aspecto de la vida nacional. La edu...

La política no habla (en público) de política (partidaria)

El 2025 parece lejano, ni que hablar 2027. En esta Argentina hiperactiva e impredecible pensar más allá de una semana resulta ciencia ficción. Y realmente lo es. La Ley Bases...

¿Y si Milei tiene razón en materia económica?

 A continuación citaré de manera textual dos párrafos publicados en el sitio infobae.com durante el fin de semana, que tal vez pasaron desapercibidos por la mayorí...

Parar la pelota

La clase política argentina necesita serenarse. Lo necesita el Gobierno y la oposición también. No se puede vivir este frenesí constante mientras la calidad de vida de...

MÁS LEÍDAS