Informe de Construya: qué viene en 2026 para la construcción
El Real Estate (se refiere a la tierra y cualquier estructura conectada a ella) argentino despide 2025 con un balance claramente más positivo que en años anteriores.
Tras un largo período de parálisis, el mercado encontró un nuevo punto de equilibrio: las operaciones crecieron, la demanda volvió a activarse y el crédito hipotecario reapareció como motor central de la actividad. “No fue un año de euforia, pero sí de normalización”, dice el informe remitido a Claves.
De cara a 2026, el sector entra en una etapa clave, donde las decisiones macroeconómicas y financieras terminarán de definir si la recuperación se consolida o se mantiene en modo prudente.
Desde el análisis de José Rozados, director de Reporte Inmobiliario, el cierre de año deja una señal clara: “el mercado respondió rápidamente cuando aparecieron reglas más previsibles y financiamiento”. Las ventas con crédito ya representan una porción relevante del total y, si las tasas logran bajar algunos puntos, podrían empujar una nueva ola de demanda, especialmente en unidades usadas de ticket medio. Ese segmento, aún lejos de los valores máximos históricos, es el que mayor potencial de ajuste muestra para 2026.
Los precios, justamente, cierran el año con comportamientos dispares. Las propiedades usadas lograron estabilidad tras la suba de 2024, mientras que las casas quedaron rezagadas frente a los departamentos y cotizan, en muchos casos, por debajo de su costo de reposición. En cambio, los inmuebles a estrenar perdieron competitividad por el fuerte incremento de los costos de construcción. Para 2026, todo indica que el nuevo seguirá presionado al alza, aunque con ventas más selectivas y desarrolladores obligados a afinar números para no quedar fuera de mercado.
Cerca del récord
Un ejemplo es el mercado inmobiliario de Buenos Aires, que está a punto de cerrar uno de los mejores años de su historia reciente. Con los datos definitivos de diciembre aún pendientes, las proyecciones del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires ubican a 2025 en torno a 68.000 a 69.000 escrituras, niveles que no se registraban desde mediados de los años 2000 y muy cerca de los máximos históricos. De confirmarse, el año quedará apenas por debajo de los ciclos de auge de 2005 y 2007, cuando se rozaron las 70.000 operaciones, y lejos solo del récord absoluto de 1998, con unas 76.000 escrituras.