Argentina se posiciona como un referente regional de negocios con impacto
Nuestro país se está posicionando como un referente en la región del cono sur debido a que en el presente 2025 se alcanzó las 280 Empresas B, o sea, negocios con triple impacto. Este año, en este sentido, se consolidaron unas 54 nuevas compañías nacionales que obtuvieron la ansiada Certificación de Empresa B, mientras que otras 68 la recertificaron. Logrando, así, posicionar a Argentina como el noveno país en el planeta y el segundo en América Latina con más organizaciones con certificados de impacto.
Recordemos que las Empresas B (o B Corps) son compañías con fines de lucro que buscan equilibrar ganancias con propósitos positivos, generando un triple impacto en lo económico, lo social y lo ambiental. Adoptando, para ello, altos estándares de transparencia y responsabilidad social, y comprometiéndose en lo legal a transformar el sistema económico para beneficiar no solo a las personas sino también al planeta. Estas empresas, además, utilizan el mercado como fuerza para solucionar problemas socioambientales.
Veamos algunos datos relevantes de estas empresas. Las Empresas B nacionales emplean, en conjunto, a algo más de 44 mil personas, que generan unos ingresos anuales por alrededor US$ 5.175 millones. Asimismo, abarcan algo más de 30 sectores económicos y están radicadas en 15 provincias diferentes. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires lidera este ranking con 110 Empresas B certificadas, mientras que la Provincia de Buenos Aires la sigue con 91 compañías, dejando en tercer lugar a nuestra Córdoba con 19 y a Mendoza 17 organización que tienen este certificado de triple impacto.
Cabe aclarar que, además, unas 68 compañías reafirmaron su compromiso ambiental y social, y consiguieron la recertificación este 2025. Esto consolida la estructura productiva y economía de nuestro país marcando una real diferencia con temas de índole ambiental, social y, sin dudas, económica. La certificación, efectivamente, es una herramienta de valor para las empresas, sobre todo aquellas que buscan consolidar una ide a largo plazo, marcando un camino inevitable para el resto de las compañías argentinas.
Sin dudas que el fortalecimiento institucional y productivo con impacto positivo es uno de los motivos para conseguir estos certificados, lo que también se refleja en el creciente interés de las diferentes organizaciones por medir y gestionar su desempeño social y ambiental. En este sentido, unas 580 empresas argentinas en total han comenzado a estudiar y considera relevante el impacto que generan con la Evaluación de Impacto B. Pensemos que son solamente unas 9.000 empresas locales las que utilizan este instrumento, mientras que a nivel planetario el numero alcanza las 320.000 organizaciones.
En definitiva, las Empresas B son compañías verificadas por B Lab, que pretenden cumplir con altos estándares de desempeño social, ambiental y transparencia. Con ello, definen un propósito social y/o ambiental, porque no solamente de lucro viven las empresas. Para ello, modifican sus estatutos para protegerlo y comprometerse a beneficiar no solo a sus accionistas (con el lucro), sino a todas las partes interesadas de la operación (sociedad, ambiente) para generar el triple impacto necesario. Luego, miden y gestionan su impacto socioambiental (y económico) en un proceso de mejora continua, pretendiendo que los beneficios se vuelquen en las tres direcciones antes mencionadas.
Con ello, se comprueba que las empresas dejaron de moverse solo por el interés de ganar dinero, pues resulta ser un tejido productivo real que muestra cómo funciona una economía en la que el éxito se define por el valor real, y no solo por los resultados financieros crecientes. Pues, con objetivos empresariales como el de las Empresas B, se puede generar un futuro empresarial más inclusivo, equitativo, resiliente y regenerativo.
Lic. Nicolás Pepicelli
Economista, Dipl. Ambiente
y Profesor UPC