El tren pasa de nuevo
El gobierno obtuvo un relevante triunfo en las elecciones del domingo que seguramente traerá fuertes consecuencias en todo el cuadro político. Pero lo importante también es analizar el impacto que esto puede producir en términos económicos en el futuro de la Argentina. Está claro que la gente entendió el mensaje del presidente que este puede ser un nuevo camino hacia el crecimiento aunque ahora solo estemos viendo muchas consecuencias negativas en la micro, en la diaria, en el bolsillo de muchos argentinos.
Entender que ningún camino de recuperación es fácil y sin esfuerzos, que en la economía la magia no existe es un mensaje de madurez del pueblo argentino y que, a pesar del todos los errores autoinflingidos, le dan una nueva oportunidad de avanzar en este nuevo proceso que esta apalancado en una verdad tan simple como convincente “ no gastar más de lo que ingresa”. La simple verdad que trajeron nuestros inmigrantes cuando vinieron a forjar su futuro en nuestro país. Verdad que resuena el oído de muchos argentinos que opera como un legado y que sucesivas gestiones “mágicas” de nuestros gobernantes en algún momento lo pusieron en duda.
En este contexto, el desafío del gobierno será encarar las reformas que la economía argentina necesita para producir un contexto viable a las inversiones y por ende a un crecimiento sostenido de la economía. Argentina es vista en el mundo como una oportunidad de negocios, por eso el interés del gobierno de EEUU y empresas globales. Agroindustria, economía del conocimiento, minería, energía son algunas de las fortalezas que detentamos. Mientras muchos operan para aprovecharlas, los dirigentes argentinos se pelean sin más sentido que defender privilegios sectoriales y no el interés general. En respuesta a eso, los que pueden compran dólares y los que no, miran atónitos e indefensos ante tamaña barbaridad.
No se cual es la mejor palabra, si “consensos” , “acuerdos” o algo asi. Lo que si es cierto es que si no discutimos y definimos un verdadero proyecto de país para el futuro, seguiremos peleando por la quintita de cada uno que todavía tiene, mientras el tren pasa y en un momento se aleja o, en el mejor de los casos, lo aprovechan otros con más visión de la oportunidad mientras algunos de nosotros les gritan “explotadores” u “oportunistas”
Estamos otra vez parados frente a la frase de José Hernández en el Martin Fierro que dice “…si entre hermanos se pelean, los devoran los de afuera”. Ojala la historia cambie y empecemos a construir basados en esta nueva oportunidad que se presenta y enterrando el pasado. De la dirigencia tradicional no espero más nada, mi esperanza está puesta en los argentinos y en nuevos liderazgos. Que sepamos entender la diferencia de aquellos que defienden medidas que atiendan al interés general y no al beneficio de unos pocos, en detrimento del futuro de un país que merece mucho más de lo que hemos conseguido hasta ahora.
Argentina es un país que ha vivido las últimas décadas destruyendo riquezas, desaprovechando oportunidades. Los resultados están a la vista, más pobreza, más desigualdad, más inseguridad.
Si nos ponemos de acuerdo, tenemos todos los recursos, económicos y humanos, que hacen falta para subirnos a este tren que nuevamente pasa en nuestras narices. De esta manera podríamos dejar en el pasado la cultura de escondernos detrás del dólar miedosos de un futuro incierto y poner nuestras recursos a producir por un país en crecimiento.
Los argentinos votamos, nos expresamos nuevamente, ahora queremos ver que hacen el gobierno y la dirigencia en general con ese voto, con esa expresión popular.
De ello depende el futuro, no nos defrauden nuevamente.
CR ALBERTO COSTA