Una ciudad-región
La inteligencia artificial nos resume la idea central: “una ciudad-región es un territorio donde una ciudad principal ejerce influencia y conexión sobre una zona geográfica más amplia, formando una unidad funcional con dinámicas económicas, sociales y espaciales interconectadas. Se trata de una entidad que trasciende los límites administrativos de la ciudad central, integrando áreas urbanas y rurales en una red relacional”. Traducción a la vida real: se trata de una definición perfectamente ajustada al conglomerado Villa María/Villa Nueva, casi a ningún otro centro urbano de la provincia de Córdoba.
Ergo, el conglomerado Villa María-Villa Nueva es la cabecera de esta enorme ciudad-región y proporciona servicios de toda índole: educativos, de salud, productivos, comerciales, culturales, entretenimiento, turismo, etc.
Pero de ninguna manera las poblaciones y ciudades aledañas son “dormitorios” de este núcleo central. Cada una de ellas -con su impronta y perfil-, supo crecer y desarrollarse. Hasta en eso esta región presenta armonía y equilibrios, y eso es producto de que a esta potencia bio-agro-industrial-alimentaria, surgida de centenares de emprendedores y visionarios, se le ha sumado inversión y diseño desde diversos estamentos estatales y públicos.
Lo que dicen los números
Los números siempre ayudan a dimensionar de qué estamos hablando. Por ejemplo, si uno analiza los presupuestos municipales de esta ciudad-región tomando unos 70 kilómetros alrededor de Villa María, hablamos de valores del orden de los 200 millones de dólares por año, y podemos sumar el aporte de inyecciones de dinero provenientes de universidades y otros estamentos estatales (agencias, fábrica militar, etc.), pero esas cifras son significativamente menores a los aportes que hacen los complejos bio-agro-industriales-alimentarios, como por ejemplo, la cadena láctea.
La Cuenca Villa María explica más del 23% del procesamiento de leche en la República Argentina. Ello significa un PBI lechero regional superior a los 2.750 millones de dólares anuales.
La cadena manisera -en tanto- exportará este año unos 1.400 millones de dólares y le sumará un 10% con el mercado interno, y una parte de ello se dinamiza dentro de la ciudad-región Villa María. Otros aportes lo hacen las bioenergías (ACABio factura 150 millones de dólares anuales) y el negocio de la carne bovina, porcina y ovina.
Por supuesto que el negocio agrícola no es menor y cada año, la Argentina de la “Vaca Viva” invierte 15.000 millones de dólares, sumando solo la inversión en semillas, fertilizantes y agroquímicos para los principales cultivos de la campañas fina y gruesa, y una parte de ello, también fortalece la dinámica de esta ciudad-región.
De más está decir que en torno a todo, esta potente ciudad-región productiva se mueven clústers diversos, el complejo metalquímico, la metalmecánica, laboratorios, comercializadores y productores de insumos y tecnologías diversas que han elegido a esta ciudad-región como epicentro.
Son números que nos ayudan a entender por qué nuestra ciudad-región tiene buena parte de su destino en la bio-agro-industria-alimentaria, en la innovación, en el agregado de valor. Para ello es imprescindible que este perfil se potencie mediante más capacitación, más entrenamiento, mayores inversiones en infraestructura, caminos y conectividad, y trabajar para una mejor armonía entre campo y ciudad, tendiendo puentes, estabilizando las políticas macro (con sustentabilidad, sin extremismos), y avanzando en la calidad institucional y planes consensuados de mediano y largo plazo. Además, es imprescindible pensarlo con inclusión, con empatía, con reparación social.
Suena a expresión de deseos. En mi modesta opinión, es lo que debemos transmitir a las futuras generaciones para que comprendan y asuman que hay muchas más salidas que Ezeiza.
Por José iachetta – director de Grupo TodoAgro