La tormenta perfecta

La tormenta perfecta

La motosierra de Milei encontró un nuevo límite: las urnas en el distrito electoral más grande de la Argentina, la provincia de Buenos Aires. Una derrota muy contundente de La Libertad Avanza, que abre incertidumbres económicas y políticas de caras a las próximas semanas. El 26 de octubre asoma como otra fecha clave, la elección legislativa de medio término significa un antes y un después para cualquier gobierno, más aún cuando ya perdió una suerte de “primaria nacional” en la provincia que concentra el 40% de los electores. 

¿Es casualidad esta derrota del Presidente Milei? Claro que no. Es el colorario de una sucesión de errores, daños autoinflingidos, insensibilidad social, economía en problemas, casos de corrupción, Congreso Nacional en contra y una estrategia política débil ante el mayor aparato político del país. 

En las elecciones provinciales previas, a excepción de la Ciudad de Buenos Aires, ya se observó una magra cosecha de los libertarios. Los oficialismos provinciales prevalecen fuertes. Ninguna derrota, claro está, tiene el impacto de lo ocurrido este domingo. Veremos a partir de hoy las consecuencias políticas y económicas. 

Es difícil establecer un orden de mayor a menor sobre los motivos de la derrota libertaria por 14 puntos en manos del peronismo bonaerense. Sin embargo, voy a enumerarlos de acuerdo a mi criterio. Los lectores pueden no coincidir, nadie tiene la verdad revelada. En democracia el disenso vale tanto como el consenso. Solo es una opinión más.

  • 1-    Insensibilidad social: la motosierra operó sin miramientos en casi dos años de gobierno. Primero tuvo respaldo de la población, luego críticas y ahora directamente rechazos con movilizaciones en las calles. Los sectores afectados ganaron terreno en el último tiempo: jubilados, científicos, personas con discapacidad, universitarios, trabajadores, médicos del Garrahan. No solo se les quitó recursos, sino que además se los agredió y estigmatizó discursivamente desde el gobierno y desde su aparato en las redes sociales. 

  • 2-    Los casos de corrupción: los audios de Spagnuolo desataron un vendaval interno y permitió montar una enorme operación a sectores opositores. Desde adentro del gobierno sirvieron en bandeja un escándalo de enormes dimensiones, que nunca pudieron explicar. La acusación llegó al corazón del mileismo, la hermana del Presidente Karina Milei. 

  • 3-    Economía en problemas: la población valora la baja de la inflación y la búsqueda del equilibrio fiscal, pero demostró que no a cualquier costo. Además de los recortes en todas las áreas mencionadas anteriormente, las familias continúan con ingresos muy retrasados. Las paritarias están por debajo de la inflación mensual y los sectores cuentapropistas hacen malabares para juntar “el mango” diario. Con un elemento clave: un enorme endeudamiento de las familias en tarjetas de créditos o préstamos personales. 

  • 4-    Congreso Nacional en contra: inicialmente, la mayoría de los legisladores “dialoguistas” acompañaron las leyes impulsadas por el Gobierno, por ejemplo, la Ley Bases. Ese apoyo se terminó hace algunos meses. Ya Milei tiene que vetar una norma detrás de otra. No hay negociación posible que les permita detener una andanada de proyectos impulsados por la oposición.

  • 5-    Mala estrategia política: subestimó al peronismo de la provincia de Buenos Aires. Ni siquiera recordó que en 2023 no pudo ganarle a Massa en generales y tampoco en balotaje. Perdió en ambas instancias. No solo alcanza con “la marca”, sino que el trabajo territorial es fundamental. No le ofreció nada nuevo a los electores, solo críticas sobre el kirchnerismo. Buenos Aires es el bastión histórico del peronismo y corazón industrial del país. Si se cae la industria, si no hay consumo, si la gente no llega a fin de mes, es muy difícil que ese distrito acompañe en las urnas. La estrategia política también está ligada directamente a la estrategia económica. 

 Al Gobierno nacional le queda un mes y medio para revertir una tendencia fuerte: la prevalencia de los gobiernos provinciales por sobre la estrategia nacional de los libertarios. Una derrota en todo el país le generará un dolor de cabeza mayor. Tal vez se termine conformando con sumar más diputados y senadores para bloquear cualquier intento de veto de DNU o impulso de leyes opositoras. Pero con eso no alcanza. Sin la legitimidad de las urnas la conflictividad se profundizará. ¿Cuál es la solución? Muy simple, más allá del resultado del 26 de octubre: diálogo, consenso, acuerdos, practicidad y abandono del fundamentalismo económico y político. En democracia la imposición es un camino corto.

Martín Alexis Alanis.

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