Competitividad es la clave

Para conocer de primera mano como se encuentra el sector de la maquinaria agrícola y agrocomponentes en nuestra provincia, entrevistamos a Valeria Piersanti, Vicepresidenta de AFAMAC (Asociación de Fabricantes de Maquinaria Agrícola y Agrocomponentes de la provincia de Córdoba) quién nos indica que el sector atraviesa un año con claroscuros. Tras un primer trimestre de actividad relativamente positiva, marcado por condiciones financieras favorables, el panorama comenzó a cambiar. “El segundo trimestre muestra una actividad que no ha crecido y, en algunos casos, ha disminuido”, explica Valeria. La razón, según la dirigente, radica principalmente en la necesidad de financiamiento por parte de los productores: “Hoy las tasas están muy altas y eso desalienta la inversión en maquinaria”.
Nos señala además que el sector siempre se ha caracterizado por invertir en tecnología, tanto en los procesos productivos como en el desarrollo de sus productos. Sin embargo, el actual contexto económico vuelve a poner sobre la mesa una palabra clave: competitividad. “Hoy se habla de ser competitivo como si fuera un descubrimiento reciente, pero tanto nosotros como los productores sabemos que, sin competitividad, no hay mercado posible, ni interno ni externo”, afirma.
En ese sentido, la dirigente destaca que el tipo de cambio, la presión impositiva y la falta de condiciones macroeconómicas estables han sido determinantes en la pérdida de mercados internacionales. “Tenemos testimonios de empresas socias que, tras abrir mercados en otros países, tuvieron que retirarse por no poder sostener la competitividad”, remarca.
Frente a este panorama, las expectativas para 2026 están puestas en la necesidad de una construcción colectiva de la competitividad, donde el rol del Estado sea clave. “El sector privado está haciendo su parte, revisando costos, manteniendo la calidad y mejorando propuestas de valor. Pero el Estado también debe mirarse hacia adentro, reducir su gasto y avanzar en reformas estructurales como la tributaria y la laboral”, sostiene Piersanti.
Consultada sobre la reciente medida que habilita la importación de maquinaria usada, aclara que no representa una amenaza directa para el sector, aunque sí puede generar distorsiones. “Hubo una especie de euforia inicial. Pero, en la práctica, no todo lo que se quiere importar se adapta a nuestras condiciones de uso. Hay muchas variables técnicas y logísticas a considerar. El problema no es la apertura en sí, sino lo que no se hizo previamente para fortalecer a la industria local: mejorar el financiamiento, reducir impuestos, crear reglas claras”.
En cuanto a la capacidad exportadora, Piersanti no duda en que los productos cordobeses tienen potencial. Sin embargo, aclara que no todas las empresas están en condiciones de salir al exterior. “Exportar maquinaria no es simplemente empacar y enviar. Se requiere adaptar productos, entender el mercado, cumplir normativas. Es un camino complejo que necesita apoyo, inversión y previsibilidad”, afirma.
En este contexto de transición hacia una nueva economía impulsada por el gobierno de Javier Milei, la vicepresidenta de AFAMAC afirma que las empresas están alertas, buscando adaptarse. “El cambio se plantea desde la macro, pero todavía no hemos visto transformaciones concretas que se traduzcan en una mejora para el sector. Por ahora, seguimos enfrentando costos elevados, falta de crédito y una presión fiscal que no afloja”.
Finalmente, al cumplirse 18 años desde su creación, AFAMAC reafirma su rol como entidad clave para la visibilidad y consolidación del sector. “Antes, cuando se hablaba de industria en Córdoba, parecía que sólo existía un sector. Hoy, gracias al trabajo sostenido de AFAMAC, la maquinaria agrícola ocupa un lugar en la agenda productiva provincial”, indica Piersanti. Y destaca el valor del trabajo conjunto con el Estado: “Siempre fuimos escuchados por el gobierno de Córdoba, incluso en los momentos más difíciles. Esa articulación público-privada fue y sigue siendo fundamental para sostener el crecimiento”.