RAMÍREZ es una empresa local especialista en higiene industrial e institucional que brinda una solución integral y responsable a sus clientes.
Es una empresa familiar que hace más de 40 años comenzó el matrimonio de Rubén y Ester Ramírez. Hoy con más vigencia que nunca está a cargo de Paola, segunda generación.
Ramírez es sinónimo de limpieza y desinfección, acercando los productos de las marcas más reconocidas y de vanguardia a sus clientes: instituciones de salud, enseñanza, hotelería, gastronomía, lavandería, transporte, industria, edificios, bancos, comercios.
Son distribuidores exclusivos en todo el sur de la Provincia de Córdoba de Diversey de Argentina S.A. (químicos), Italimpia (accesorios de limpieza), Taski (máquinas de limpieza), Electrolux (lavavajillas, gastronomía y lavandería industrial), Inelec (dispensers, secadores de mano por turbina, grifería automática y lockers), Celtrap (papel), Hypred (limpieza de carrocerías), entre otros.
Cuentan además con servicio técnico propio, lo que garantiza el pos venta de máquinas y accesorios electrónicos. A ello se suma un servicio de trabajos especializados de pisos en general.
Son profesionales en la materia y como tales, ponen a disposición de los clientes todo el asesoramiento y conocimiento en higiene industrial e institucional, aportando las soluciones con que cuentan en cada área a tratar, constituyendo así una respuesta integral y plena, por eso indican que su tarea no se simplifica a vender productos de limpieza, es mucho más, se definen como “especialistas en sistemas de higiene”.
No solo agua y detergente
“Johnson siempre fue una empresa con dos líneas de limpieza masiva, una doméstica -hoy en góndola- y una institucional o industrial. Nosotros teníamos ambas. Ahora trabajamos solo la institucional en carácter exclusivo.
Lo industrial en estas marcas ha tenido avances increíbles y han logrado un profesionalismo que va más allá de una simple escoba. Hay una estructura montada en pos de la limpieza. Por ejemplo, en situaciones como la que nos presenta esta pandemia, podemos descubrir una cantidad de posibilidades que teníamos disponibles y accesibles a todos.
Se habla de “sistema de higiene” porque la venta de un producto importa pasar por distintas etapas; primero se conoce al cliente y su necesidad; luego se identifica el producto o combo que necesita; posteriormente se da efectividad a esa propuesta estableciendo las dosis a utilizarse que se ajusten a las superficies y tipo de limpieza a realizar, que en algunos casos es necesario instalar equipos de dosificación y luego darle seguimiento para que exista la mayor coherencia entre el costo en uso del producto y la aspiración del cliente”, cuenta Paola.
Ramírez vende por menor y mayor. Todos sus productos cumplen normas ISO, también tienen aprobación de SENASA, ANMAT e INAL. Son utilizados tanto por instituciones de salud y restaurantes, como también en casas de familia.
La empresa nace con la venta de químicos y con el tiempo incorporaron otras marcas dentro de la misma actividad. Italimpia con accesorios. Celtrap, línea de papel industrial. 3M, en lo que son discos de limpieza y rollos de fibra. Máquinas de limpieza de la marca Taski. Otro segmento de negocios es Diversey, fabricante de autolavadoras, incluso con hombre a bordo, que en algunos casos alcanzan hasta los 5000m cuadrados por hora de autonomía; además, limpiadoras de alfombra y aspiradoras industriales, todo de origen suizo.
Tienen la representación de Inelec en lo que son secadores de manos, ya sea por turbina o por fotocélulas, los que ajustados al sector alimenticio cuentan con rayos ultravioletas que matan hasta el 99% de gérmenes. Comercializan la línea de dispenser de PVC y acero inoxidable para baños y papel.
Ofrecen guantes de nitrilo, goma y látex, barbijos, mamelucos de la línea de DuPont y confecciones especiales no quirúrgicas.
Cuentan con un sistema profesional de limpieza, con él realizan trabajos de reconstrucción de pisos y embellecimiento con máquinas y productos propios.
Cambio de hábitos
Por la pandemia tuvieron que modificar su rutina, sobre todo en la forma de comercializar. A pesar de ser un rubro esencial, los vendedores no pueden completar las zonas ya que hay muchas de las localidades a las que no pueden ingresar. “Nos acomodados a la situación actual, las ventas las hacemos por redes sociales, teléfono o medios electrónicos. Por la pandemia, las empresas que representamos, están implementando una serie de medidas de asesoramiento al cliente con videos y plataformas virtuales que nos mantienen informados en cada rubro que atendemos, como una manera de acompañar ante esta crítica situación, ayudando en el cumplimiento de los distintos protocolos; acercando herramientas para hacer sabias elecciones en limpieza y desinfección ante el huracán de posibilidades que trajo este virus -no todos fiables- y también desarrollando nuevas fórmulas sobre productos ya existentes y avanzando en otros que no eran parte del portfolio, pero que la realidad exige abordar.
Nuestro rubro ante esta situación sanitaria se ha convertido de primera necesidad y al inicio de la cuarentena tuvimos una demanda increíble. Nos dejó a todos sin mercadería. La reposición de stock en algunos productos -hoy esenciales- se logró en 3 o 4 meses y también se lanzaron líneas que antes solo estaban direccionadas a salud, como el alcohol en gel, en spray, con glicerina, las mops de microfibra, los equipos “totem”, alfombras sanitizantes, etc.” cuenta Paola.
Profesional de la venta
Rubén comenzó como vendedor de quien por aquel entonces era el distribuidor de la firma S.C. Johnson & Son, ahora Diversey. Con los años la empresa cerró y Rubén siguió comercializando por su cuenta productos de la marca que adquiría a quien era el distribuidor en la zona de San Francisco. Por el volumen de sus ventas, un día lo llaman desde Buenos Aires y le ofrecen la representación. Y así inició la empresa familiar junto a Ester en el garaje de su casa en el barrio Las Playas.
Con los años nace Rubén Ramírez S.R.L., de a poco fueron creciendo y se ampliaron instalándose en el centro sobre Bv. Sarmiento, luego en la calle 9 de Julio, hasta llegar a su edificio actual en Av. Perón 1140 de nuestra ciudad, lugar donde se consolidó la segunda generación de la familia en la empresa.
Cuenta Paola que el alma de la empresa siempre fue su papá, un emprendedor con habilidad para la venta que pocos tienen. La empresa se forjó desde el combo indestructible que crearon Rubén -ventas- y Ester -administración y proveedores-.
Rubén y Ester hace más de 10 años que no están en la firma. Un día decidieron retirarse para disfrutar de lo que habían construido dejándole la dirección de su empresa a su hija Paola. “Cuando empecé sabía del negocio, mi papá me había enseñado. Es una persona de un empuje y perseverancia loables, un excelente vendedor y trabajador y esa es la escuela que traigo y que impregno a este negocio, es lo que nos ha permitido ser quienes somos hoy.”
Paola es abogada y hace 8 años está al frente de la firma. Cuenta que le costó en un principio, pero siente que su formación previa, sumada al ejemplo de sus padres, es lo que le permite llevarla día a día. La impronta, cuando tomó la dirección de la empresa, fue el trabajo en equipo y esa idea es la que intenta sostener y transmitir a todos los que la integran.
“Aquí entendemos que somos parte de un engranaje donde todos debemos hacer lo suyo y servir al resto, sin ellos y su compromiso no sería posible. Tuvimos una cultura de familia, a partir de los 12 años, en las vacaciones se trabajaba en el negocio. Entonces conocía mínimamente la actividad y lo que allí se hacía, pero dirigirlo y direccionarlo es otra cosa. Comencé y trabajé para lograr que este “monstruito” se adaptara a lo nuevo, fue un poco aggiornarlo a las nuevas modalidades del mercado dentro de la tradición que traía. Creo que aún estamos recorriendo el camino y sorprendiéndonos continuamente y esa es nuestra motivación, la que nos lleva día a día a ir por más.”
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