Cómo funciona un país dolarizado

Eric Vinueza Freire es economista, vive en una ciudad satélite de Guayaquil, Samborondón, en Ecuador, país dolarizado desde el 9 de enero de 2000. Hace 13 años que trabaja como consultor experto en proyectos de inversión y articulación público-privada y en su formación profesional se destaca una maestría en la Universidad de Belgrano, en Buenos Aires.


En un contexto donde la dolarización se ha planteado como una posibilidad en Argentina, Claves habló con un economista que está inserto en la vida cotidiana de una Nación dolarizada para conocer los pro y contras de adoptar una moneda dura. Un análisis del pasado, presente y futuro de Ecuador, que inevitablemente llevan a la comparación con nuestro país en la estricta actualidad y también pensando en el mediano y largo plazo, si este es el camino elegido en el aspecto monetario.

Sin dudas, la inflación fue el motivo central por el cual Ecuador decidió abandonar el sucre y adoptar el dólar.
Vinueza. Vivíamos con una inflación que iba creciendo, la capacidad adquisitiva de los ecuatorianos mermaba día tras día, cambiaban los cartones con los precios de electrodomésticos. Ya había una economía pseudo-dolarizada, se ponían precios en dólares y en sucres. El cambio de dólares en Guayaquil era pan de cada día. En las principales avenidas de la ciudad estaban ‘los cambistas’ (NdR: arbolitos en Argentina). Se hablaba de servicios de universidades privadas que comenzaban a pagarse en dólares. Es decir, ya había un sentido que anunciaba que el dólar sería un actor importante en la economía del país. Podríamos trazar un paralelismo de una persona con gripe, a la cual se la diagnostica y se le aplica un tratamiento, aunque ese mismo cuadro clínico no necesariamente requiere del mismo tratamiento en otras personas. Como una gripe de persona a persona, no necesariamente se tiene la misma cepa. La dolarización es una medicina que puede tener causas similares al momento de aplicarla, pero los efectos dependiendo del cuerpo, la economía y la salud del país, las circunstancias serán distintas. Ecuador es un país mucho más chico que Argentina, tenemos recursos en materia prima. Pero Argentina en volumen es una economía mucho más fuerte, más grande. Eso le juega a favor y en contra. A favor porque una medida como la dolarización aplicada con políticas económicas correctas, puede ser un elemento muy valioso a mediano plazo y a futuro. No hablo del corto plazo. Para generar orden, primero habrá caos. Ecuador lo vivió. El primer año de la dolarización fue terrible: el dólar estaba a 9 mil sucres y subió a 17 mil y terminó en 25 mil. Los ahorros de muchos ecuatorianos fueron liquidados. Hubo bastante migración. Aunque después de ese año, donde la economía se va acomodando en forma natural, en el tiempo los ecuatorianos nos encontramos con capacidad de ahorro, sirvió para atraer inversiones y las multinacionales trabajan en una moneda que da seguridad.

¿Cómo generaron los dólares?
Vinueza. Al dejar de emitir moneda propia, existen tres mecanismos para generar dólares: exportaciones, inversiones y remesas. En nuestro caso, las remesas generaron gran parte de la liquidez por la salida de migrantes que fueron a Estados Unidos y España, principalmente, que enviaban a sus familias. Somos un país donde la mayor exportación es el petróleo. Y el resto también es importante como, por ejemplo, camarón, bananas, minería y enlatado.

¿Qué le pasó al ecuatoriano medio, al trabajador, al empresario, en estos 23 años?

Vinueza. Una economía dolarizada genera oportunidades. Si hablamos de la clase media, la dolarización fue la mejor noticia. Se ahorra en dólares, la inflación es baja y en la medida que el poder adquisitivo se nivela, se tiene una moneda dura con la cual se pueden hacer cosas que no se podrían con una moneda débil. Para la clase pudiente, que ya gana en dólares, simplemente es adecuar el nivel de riquezas y se hacen más ricos aún. Ahora viene el tema de la clase media baja o en estado de pobreza. El problema que la dolarización “per se”  se enfrenta a la realidad de una moneda dura. Por eso decía que la dolarización es una receta que tiene que venir de la mano con políticas económicas y sociales para ayudar al común de los mortales. En Ecuador gracias a la dolarización eliminamos varias dificultades: inflación, devaluación, etcétera. Pero hay problemas coyunturales que mantenemos y acrecentamos. Yo no creo que sea problema de dolarización, sino político-económico. Malos gobiernos que no han podido sacarle el provecho a la dolarización. Gobiernos cuya visión es que la economía se mueve más por el gasto público que por la inversión, generaron después de más de una década huecos fiscales. Es un país con un déficit de 8 mil millones de dólares. Me pregunto qué sería hoy de Ecuador con el precio del petróleo de hace 15 años e invertido en temas sociales, salud, educación, pues tendríamos una generación de mano de obra calificada.

Los principales detractores de la dolarización hablan de pérdida de soberanía monetaria ¿Cómo hacer cuando falten dólares?

Vinueza. Se pueden generar dólares por exportaciones, inversión y remesas. El país también puede pedir deuda. Esa deuda va inyectar dólares a la economía en los momentos críticos.

Pero el repago también es complicado si la economía no genera los dólares suficientes.

Vinueza. Es como un hogar. Si de repente tienes que alimentar a tu familia y estás con deuda, necesitas pagar educación, alimentos. Ciertamente toca endeudarse más. Al momento que te endeudas más hay que buscar las herramientas para pagarla. Pero son batallas a corto plazo para subsistir, para generar un futuro y poder crecer. La deuda como tal no es mala. Países desarrollados están endeudados dos o tres veces su PBI. El tema no es ese. Si la deuda es para crecer, es una cuestión; si la deuda es para gastar o para robar, que puede pasar, es otra cuestión. Al día de hoy, 23 años después, ninguno de los candidatos presidenciales habla de desdolarizar porque las encuestas realizadas a nivel general demuestran que la gente quiere el dólar. La gente está acostumbrada al dólar, le gusta el dólar y quiere mantener el dólar.

¿A la clase baja le imputas más una mala administración del Estado más que la dolarización, es decir, un mal manejo de recursos para incentivar en salud y educación a los sectores de menos recursos?

Vinueza. Es correcto. Se pueden tener dólares, euros, pesos, sucres, pero si no hay un acuerdo político-social para el uso del dólar también será difícil. Que la gente no quiera desdolarizar nace del pueblo, que vivió 20 años con el dólar. Tiene que haber una política enfocada en cómo solventar, proteger, fortalecer la base social del país. Si no se arma un problema grave.

Hay muchos en la Argentina que ingenuamente piensan que si se dolariza pasan automáticamente a ganar, por ejemplo, 200 mil dólares en lugar de 200 mil pesos. ¿Cómo opera ese cambio de moneda? ¿Cómo es la transición?

Vinueza. El tipo de cambio es una cajita negra, hasta el día de hoy existen diferentes tipos de estudios que dicen que fue 25 mil sucres por dólar, que debería haber sido menos. Por ejemplo, un elemento para tomar como base: el precio del dólar ahora, en el cambio más alto, y a eso, sumarle 30 o 40 por ciento. El impacto a corto plazo significa una disminución del poder adquisitivo hasta que la economía se va nivelando. En Ecuador, si tenías millones de sucres en tu cuenta, de repente tenías 100 o 200 dólares.

Entonces, uno de los mayores enemigos para dolarizar es la clase política, que se vería limitada en muchas cosas.

Vinueza. Definitivamente. Si le quitas la herramienta de emitir moneda a un gobierno, se le quita una herramienta al populismo. Con la dolarización se mete una camisa de fuerza, que no la vas a poder sacar, y que tendrás que usar otros elementos para hacer populismo si esa es su línea política. La política son los detractores, a los empresarios le da seguridad la moneda dura; la clase media es una de las más beneficiadas; y la clase en estado de pobreza tiene que estar acompañada con un plan de gobierno.

Respecto a las empresas, no le generó un problema de encarecimiento de la economía para exportar. En Argentina lo tuvimos con la convertibilidad.

Vinueza. Es un tema de estudio todavía. Uno de los principales problemas para la clase empresarial es que se encarece la mano de obra. El salario básico es de 450 dólares, el segundo más alto después de Chile. Es una mano de obra cara, pero que tiene que venir con una mejora en la calidad y aumento de la productividad. De repente el sector empresarial dice que se le encarece la mano de obra, aunque tiene otros beneficios. Hay que mejorar la productividad. La única solución es ser competitivos con mejor mano de obra, más profesional, más técnica.

Es un discurso muy parecido a la época del exministro de Economía de Argentina, Domingo Cavallo, que pedía ser más eficiente. La inflación no solo oculta problemas en el Estado, sino también ineficiencia en las empresas. Cuando la economía se normaliza algunas empresas dejan de ser rentables.

Vinueza. Es correcto. Si hay una economía sana, transparente, lo que mencionas se visualiza. La única forma de ser competitivos es tener alta eficiencia y esa eficiencia en el mediano y largo plazo genera externalidades positivas al país. Es un ciclo.

En los años de la paridad 1 a 1 se habló mucho de la pérdida de competitividad. En los 90 muchas empresas quebraron, el sector rural quebró, justamente porque habían perdido competitividad ante el encarecimiento de los costos en relación a la economía de los países vecinos. ¿Cómo enfrentó Ecuador en estos años el encarecimiento de esos costos?

Vinueza. Hay economías con ventajas comparativas y economías con ventajas competitivas. Comparativa si eres más barato, pero no es eficiencia de costos, sino disfrazado por devaluación de la moneda, por un agente externo. Para ser más competitivo hay que enfocarse en los factores de producción. Lo primero es un acuerdo país. Los empresarios tienen que ponerse la camiseta, mitigar los impactos del corto plazo, pensar en Argentina y hacer políticas para que los empresarios ganen más plata, y así contraten más personas, y si hay más empresas, las personas pueden ir de una a otra y a la vez se cobra impuestos que paga cada empresa. Es una economía sana. Pero tiene que haber acuerdo social.

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