Un negocio que florece

Lo que comenzó como una necesidad personal de reconexión con la naturaleza, se transformó en uno de los emprendimientos más encantadores y en expansión de la ciudad. Casa Cler, el proyecto liderado por Leila, su fundadora, nació con un objetivo claro: acercar las flores a todos, de forma simple, estética y emocional.

“Quería crear un espacio que me inspirara, que me permitiera expresarme y conectar con lo natural. Así nació Casa Cler, con el propósito de que cualquiera pueda encontrar un ramo fresco, listo y especial, ya sea para regalar, decorar o simplemente disfrutar.”

En 2022, abrió su primer local: un espacio acogedor donde las flores frescas eran protagonistas, acompañadas por detalles de decoración cuidadosamente seleccionados. Dos años más tarde, en 2024, Casa Cler dio un nuevo paso con la apertura de la plantería, a pocos metros del local original. Allí, las plantas, los canastos, los aromas y los verdes se multiplicaron, sin perder el alma de la marca.

En 2025, el crecimiento tomó una nueva forma: unificar ambos locales en un solo gran espacio, donde flores, plantas, aromas y objetos deco conviven en perfecta armonía. Casa Cler se transformó así en una experiencia integral.

“Hoy Casa Cler es un lugar para tomarte un momento. Para sentir, tocar, oler y elegir desde el disfrute. Buscamos que cada experiencia, ya sea en el local o a través de la pantalla, sea única, cálida y fresca.”

Con una estética cuidada, un trato cercano y una propuesta que fusiona sensibilidad con estrategia, Casa Cler se consolida como un ejemplo de emprendimiento con identidad, propósito y visión a largo plazo.

Casa Cler invita a detenerse, a mirar con otros ojos y a conectar con la belleza natural. Un negocio que florece, literalmente, con cada paso.