La cruda realidad sanitaria

La cruda realidad sanitaria

Nada mejor que los fríos números para entender este momento sanitario en la provincia y en la ciudad, nada ajeno al contexto nacional. Los datos son elocuentes y encienden todas las alarmas. También los testimonios de médicos de terapia intensiva permiten graficar la cruda realidad de hospitales y clínicas que no paran de recibir pacientes y caminan hacia el colapso si los contagios no se detienen en las próximas semanas.

 En Córdoba, la tasa de ocupación de camas es del 40%. De acuerdo con el reporte diario del Gobierno provincial creció el doble en apenas dos semanas. Ya son más de mil los internados por coronavirus en todo el territorio cordobés. Los casos superan cada día los 2 mil, la reproducción ocurre cada 98 días y los muertos ascienden a 3.200.

 En Villa María, los casos totales están llegando a 10 mil. Son más de 700 los activos y más de 160 los fallecidos. Mientras que la ocupación de camas en clínicas y sanatorios roza el ciento por ciento y en el Hospital Pasteur supera el 60%. Además, el departamento San Martín se encuentra entre los 18 de alto riesgo epidemiológico, categoría que el Ministerio de Salud de la Nación encuadró a 18 de los 26 en nuestra provincia. 

 Tal vez el único dato alentador en este contexto dramático, que vivirá horas críticas en las próximas dos semanas, es la vacunación. Las partidas de dosis del Gobierno nacional no se han detenido. En Córdoba ya se vacunaron más de 550 mil personas y se esperan más dosis la semana entrante. La inmunidad de rebaño, en el mejor de los pronósticos, se aguarda para la primavera. Por eso, la mejor vacuna para este tiempo de otoño-invierno es continuar cumpliendo las medidas de bioseguridad y los protocolos en todas las actividades.

 En este escenario, las palabras del médico terapista local, Luciano Capponcelli, quien desempeña sus labores en el Hospital Pasteur, resultan contundentes y deben llamarnos a la reflexión para contribuir desde el lugar que nos toque en la pelea contra el coronavirus. Y aquí hablo en primera persona porque es una tarea que nos corresponde a todos. En una entrevista radial, el profesional contó que llegan pacientes de San Francisco, Morteros, Bell Ville, Marcos Juárez, Inriville, entre otras localidades cercanas o alejadas de la ciudad. Los nuevos internados promedian los ¡52 años! y opinó que “no hay gente” (personal de salud) para cubrir la ampliación de la cantidad de camas en terapia intensiva. Dijo también que el espacio físico y el personal “es finito” y estimó que en 20-25 días podría llegar el pico de contagios teniendo en cuenta la experiencia del año pasado, donde primero “explotó” el Área Metropolitana de Buenos Aires y luego el interior del país. 

 “La situación es compleja, desesperante, porque todavía no llegó el pico de contagios”, se sinceró. Y razones no le faltan. Si las clínicas se encuentran al límite, si cada vez llegan más pacientes de gran parte del interior provincial, si el Hospital Pasteur supera el promedio provincial de ocupación en camas críticas, ¿qué panorama podríamos describir en las próximas semanas si el pico de contagios arremete en esta parte del país?

  El viernes 30 de abril vence el acta acuerdo firmada por el gobernador Juan Schiaretti con los intendentes y jefes comunales de los 427 municipios para sostener suaves restricciones nocturnas, sin impacto en la baja de casos. Por el contrario, la evidencia marca un incremento permanente. ¿Qué resolverán las autoridades políticas? ¿Primará la salud, la ocupación de camas? ¿O la decisión de la Provincia continuará en la misma línea, no entrar en conflicto con ningún sector y así mantener las actuales habilitaciones? Hoy nadie tiene la respuesta, ni las propias autoridades gubernamentales.

 La política hoy está signada por el contexto sanitario. Pensar en elecciones, internas, acuerdos, resulta casi ilógico. Nada puede avanzar cuando la urgencia es salvar la vida de miles de personas. Que siga siendo la prioridad, el resto se puede solucionar. La muerte no tiene solución.

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