El video fake del diputado nacional Rodrigo de Loredo lejos está de abrir un debate político leal, correcto y democrático. No todo vale para atacar al rival de turno. Lo vemos en la política nacional de manera permanente y no es el modelo que eligen los cordobeses para la sana convivencia democrática, aún en las diferencias.
De Loredo tendrá o no razón en lo que plantea en materia impositiva. O en el gasto provincial. O en todo aquello que considere injusto o inapropiado en materia de políticas públicas. Es un dirigente opositor y se entiende ese rol de cuestionar al oficialismo.
Sin embargo, utilizar herramientas de Inteligencia Artificial para hacerle decir algo al gobernador Martín Llaryora que no dijo, más allá de que pudiera ser advertido de antemano, es impropio de la tradición democrática de la provincia. Cuando se cruzan los límites se debe decir, enfatizar, para que no vuelva a suceder. La respuesta de la política y de la sociedad, tras la difusión de este video, fue elocuente. No todo vale.
Al punto que De Loredo dijo que bajaría el video “si Llaryora baja los impuestos”. No encuentro relación entre una cosa y otra, sinceramente. Este debate se da en la Legislatura, como ámbito institucional; o en los medios de comunicación, como otra opción válida, pero con seriedad y respeto. Si a De Loredo o a cualquier otro dirigente opositor no le gusta la política impositiva del oficialismo provincial, o cualquier otra política de Estado, deberá dar la correspondiente discusión en la esfera pública y sumar adhesiones. Si no consigue revertirlo desde la oposición, luego será el turno en elecciones. Pero siempre con herramientas aceptadas en los límites de la discusión política, “los banquinazos” no ayudan a construir una sociedad más tolerante y mejor informada.
En Córdoba capital, sin ir más lejos, un joven fue procesado por usar fotos de sus compañeras en montajes sexuales generados con Inteligencia Artificial. Lo acusan de causar daño psicológico grave y podría enfrentar una pena que va de 3 a 20 años de prisión. ¿Por qué no sería también un delito lo hecho por De Loredo, si en definitiva también atacó y dañó la imagen de la primera autoridad de la provincia? Claro que son casos distintos, pero se utilizó la misma herramienta para denostar y humillar a otros.
No es bueno el mensaje que deja De Loredo. No todo vale en política ni en la vida. Insisto: tal vez tenga razón en los planteos. O es válido el debate. Absolutamente todo se puede discutir. Nada en ciencia política es una sentencia. Aunque no de esta manera.
Ya las formas liquidaron el fondo. Nadie aceptará un debate real en las condiciones que lo plantea el diputado radical. Es decir, hablar de temas sensibles a partir de un video trucho contra la principal autoridad de la provincia. Hay que elevar el debate, sí. Es el fondo de la cuestión. Pero también hay que elevar las formas. En Córdoba, esa manera no es bienvenida.
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