“El poder de la palabra” se efectiviza cuando el orador (que es quien habla, quien diserta, quien explica, quien hace uso de la palabra) se entrena y ese entrenamiento es tomado de manera responsable a los fines de optimizar los resultados en tiempo y forma.
Toda aquella persona que quiera “marcar la diferencia” y tendencia, debe entrenarse en oratoria como en otras áreas para estar a la altura de las circunstancias en un mercado competitivo como en el que vivimos.
La oratoria empresarial provee de medios para que el empresario pueda efectivizar su discurso a los fines que el mismo desea, siendo el lenguaje oral el medio más eficaz a la hora de comunicar.
Es por esto que una de las diferencias entre hablar y comunicar es el entendimiento por parte de quien escucha, estando la persona que no sepa expresarse o transmitir sus ideas condenada a no comunicar, sino a hablar y hablar por hablar no es marcar la diferencia, sino mantenerse dentro de los parámetros más comunes.
Cuando la persona se entrena con un coach (entrenador), una de las técnicas más usadas por éste es aquella que le permite al empresario visualizar sus fortalezas y debilidades y una vez detectadas estas, se busca optimizar las primeras y corregir las segundas. Esto le permite darle seguridad al hablar y fundamentar lo que piensa de la manera correcta, además se fortalece para debatir e imponer sus ideas como las mejores en el mercado. Así también, cuando el orador logra manejar las técnicas verbales y el lenguaje corporal se convierte en un eximio profesional.
A nivel mundial, aquellos que son considerados referentes empresariales han reconocido que el entrenamiento oratorio ha empezado a formar parte de sus agendas, ya nada queda librado al azar. Una palabra mal empleada o un gesto mal utilizado puede ser determinante al momento de negociar.
Uno de los desafíos constantes que tiene el empresario, son las presentaciones en público y cuando éstas se elaboran con antelación, el profesional logra mayor seguridad y solidez. Además puede elaborar una serie de preguntas que el auditorio puede realizarle y frente a esto preparar las respuestas de manera racional, lo que hace que ya tenga cierta ventaja frente a su oponente.
En las presentaciones, uno de los puntos principales a tener en cuenta, por parte del orador, es la utilización efectiva de las palabras y términos, ya que en la sola presentación, éste puede estar condenado al éxito o al fracaso sabiendo que la inteligencia comunicacional es una cualidad determinante a la hora de comunicar y persuadir.
Una de las preguntas más frecuentes que se hace es si se deben o no dar cifras en las exposiciones y la respuesta es que esto suele ser inevitable, pero la clave radica en el modo en que se exponen, la clave está en emplear la inteligencia comunicacional para obtener beneficios. No se interpretan igual las palabras improvisadas que aquellas que son elaboradas con anticipación. Las presentaciones con diapositivas y cronometradas son las más efectivas porque hacen de que las exposiciones sean concisas y claras.
Cuando el líder empresarial entrena su inteligencia comunicacional, está condenado al éxito.
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