¿Una disputa electoral de tres tercios?

¿Una disputa electoral de tres tercios?

  La última encuesta de Zuban-Córdoba encendió todas las alarmas en las fuerzas mayoritarias. Según esos números, publicados días atrás, ya no son dos, sino tres, los espacios políticos que pugnan por alcanzar la primera magistratura del país en 2023. Sí, tres espacios, como en 2015 (kirchnerismo, macrismo y massimo), aunque con otra composición ideológica y de actores políticos. Y hablamos de espacios políticos y no de nombres propios. La diferencia es importante. Vamos a los datos, que luego nos permitirán analizar el contexto presente y futuro. 

 El relevamiento tuvo lugar entre el 25 y el 27 de abril y participaron 2 mil personas vía online en todo el país a través de un cuestionario estructurado. Siempre respetando proporcionalidad de género, edad, zona y último voto a presidente 2019. Entre otras inquietudes, que hicieron foco “en lo que debería” hacer el próximo gobierno en 2023, al final se le preguntó a los encuestados sobre el espacio político que votarán el año venidero en las elecciones presidenciales. Y allí la novedad.

 El 28,2% respondió Juntos por el Cambio; el 23,9% Frente de Todos; y el 20,6% a los liberales/libertarios. Por eso la pregunta inicial de esta columna: ¿Argentina enfrentará otro proceso electoral nacional con la disputa política de tres fuerzas? ¿Se acabó la polarización entre dos espacios y ahora aparece un tercero, más radicalizado y de extrema derecha como lo tienen la mayoría de los países europeos? ¿El ciudadano se cansó de los partidos tradicionales y expresa su bronca con fuerzas hiperliberales, que hasta reivindican las políticas de Menem y Cavallo?

 Algunos datos más. La encuestadora señaló en el informe que los porcentajes de Juntos por el Cambio y del Frente de Todos, envueltos en feroces internas, cayeron drásticamente de un mes a otro; mientras que los liberales sumaron algunos puntos más. Por caso, Juntos por el Cambio reunía el 37% de las preferencias en marzo, y ahora cayó casi 9 puntos (28,2%). También bajó de manera considerable el Frente de Todos, de 28,7% en marzo, a 23,9% abril. En tanto, los libertarios lograron crecer de 18,5% a 20,6%.

 La encuesta no pregunta nombres, solo espacios políticos. Seguramente con nombres propios el resultado podría ser diferente, aunque pensar en los libertarios hoy está asociado directamente al diputado y candidato presidencial Javier Milei. En el oficialismo y en el conglomerado macrista-radical hay tantos candidatos como enfrentamientos internos. A río revuelto, ganancia de pescadores, reza el refrán.

 Además crecieron las expresiones políticas provinciales y de izquierda. Los primeros pasaron de 1,6% en marzo a 5 puntos en abril; los segundos de 1,1% a 3,2%. Un 15,8% respondió que no sabía a quién votaría en 2023.

 La mirada de los electores hacia los espacios de extrema derecha (principalmente), centro/provinciales y de izquierda revela un profundo malestar de la sociedad por el impacto inflacionario en la economía doméstica, que arrastra las últimas dos gestiones nacionales con mayor prevalencia. La inflación se disparó en 2016, en el primer año de la presidencia de Mauricio Macri, y ya nunca más se pudo controlar. 

 La pandemia además no ayudó y Alberto Fernández enfrentó sus dos primeros años con crisis económica, Covid e inflación. Continúa sin controlar el aumento de precios, por el contrario, en lo que va del 2022 se profundizó más. Entonces, a quién responsabiliza el ciudadano, que todos los días advierte la caída en su poder adquisitivo. No hay que ser un genio ni un analista avezado. La encuesta lo dice con claridad, por eso la migración hacia otros espacios políticos.

 ¿Pueden los libertarios, de la misma forma que Bolsonaro lo hizo en Brasil, llegar a la presidencia del país? Según los números de las últimas encuestas, sí. Una primera vuelta con estos valores de paridad irremediablemente llevaría la definición a un balotaje. ¿Podrán el macrismo-radicalismo y el kirchnerismo-albertismo-massismo frenar el avance de los liberales radicalizados o su propia impericia los llevará a la catástrofe electoral?

 La mala gestión económica de la última década sirvió de plafón para el surgimiento de estos movimientos políticos. No es exclusividad de Argentina, hay un fenómeno mundial. Se presentan como “antisistemas”, profundamente anti-estatistas y con posturas alejadas en materia de derechos humanos, laborales y sociales. Sin embargo, con un discurso muy simple, penetran en la comunidad con consignas altisonantes, nada nuevas, conservadoras en su máxima expresión, pero que capta el malestar de la ciudadanía con la dirigencia política y los partidos tradicionales (la famosa “casta”). La foto de hoy muestra tres tercios en el electorado, el paso de los meses dirán si se convierte en una película o solo fue una expresión de momento por los elevados índices inflacionarios.

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