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Faltan cuatro días para el cierre de alianzas de cara a las elecciones municipales de Villa María, fijadas por el intendente Martín Gill para el 1º de octubre. La primera parada importante en el calendario electoral se dará el próximo martes 1º de agosto cuando venza el plazo para la presentación de los frentes políticos que competirán en las urnas.
Allí podremos saber si, finalmente, se conformará o no a nivel local Juntos por el Cambio; si el peronismo llevará el nombre de Hacemos Unidos por Villa María (una variante de la coalición provincial), Unión por la Patria (como el frente que impulsa la candidatura presidencial de Sergio Massa) o alguna denominación diferente a las grandes estructuras. También si puede haber más de una alianza en el peronismo y en la oposición, lo que dejaría prácticamente sellada la ruptura.
Además está la posibilidad de que no se inscriba ninguna alianza y el 1º de septiembre, un mes después, se presente un partido individual con sus propios candidatos. Es lo menos probable para los partidos grandes, ya que siempre compiten en frentes junto a otros espacios políticos minoritarios, pero también es una posibilidad que ofrece la ley. Los partidos denominados “chicos” seguramente no presentarán ninguna documentación el martes y sí lo harán un mes después, ya con todos sus candidatos designados en la lista final.
Por lo pronto, ni el oficialismo ni la oposición logran cerrar filas detrás de una alianza única, primero, y de un candidato único, después. A esta altura la incertidumbre mayor la vive el peronismo, que tiene varios nombres pero ninguno genera consenso pleno. En la oposición hay un candidato instalado, se lo ve en las calles con un inmenso despliegue de cartelería, aunque tampoco logra convencer a sus potenciales aliados. Vamos a repasar cada situación, el escenario previo a la presentación de los frentes electorales.
Oficialismo: ¿sin candidato aun?
Hay solo dos dirigentes del peronismo que dijeron abiertamente que quieren ser candidatos a intendente: Marcos Bovo, secretario de Comunicaciones de la Provincia; y José Carignano, titular del Enred. El resto de los nombres que circularon y circulan son meras intensiones y expresiones de deseo que no llegan a precandidaturas. Por ahora hay más amagues que centro de gol. El gillismo no tiene candidato que mida en las encuestas. Gill tampoco se muestra públicamente con ninguno. El poder de negociación en la interna se le reduce mucho sin demasiado que ofrecer, más allá que continúa siendo el principal referente del oficialismo. Se mencionan varios nombres, ninguno concreto. Por ejemplo, Pablo Rosso o Eduardo Rodríguez. Veremos.
El accastellismo, por su parte, tiene dos que amagan pero no definen. El propio Eduardo Accastello y Juan Pablo Inglese. En off de record aseguran que Accastello será candidato, nadie lo confirma en on de record. Es el que más mide en las encuestas dentro del universo peronista. Su nombre no necesita instalación, aunque sí necesita de apoyos de otros sectores internos. Inglese es la apuesta en caso que Accastello decida no jugar.
Bovo y Carignano se muestran como conciliadores, mediadores entre gillistas y accastellistas, pero sin el aval aun de ninguno de los sectores mayoritarios. Quien finalmente sea ungido candidato requerirá de un alineamiento fuerte de todos los actores políticos del justicialismo y aliados. Sin dudas es la elección más difícil que enfrentará el peronismo desde 1999 a esta parte. Sin unidad y sin trabajo conjunto, el riesgo es altísimo.
Oposición: ¿Capitani y alguno más?
En el Teatro Verdi, el legislador del Pro Darío Capitani presentó su candidatura a intendente. Ya inundó la ciudad de cartelería. Muestra en redes un fuerte trabajo territorial desde hace 4 años. También cuenta con recursos para encarar una campaña que no es nada barata. Lo saben todos los posibles candidatos. La oficialización de su postulación lo ubica en el primer lugar de largada dentro del universo opositor, aunque hay otros dirigentes que también pretenden ese lugar.
No hay que descartar una candidatura unificada, con Capitani a la cabeza, ya que resulta casi impensado que puede bajarse a último momento; o dos o más candidaturas opositoras en la oferta electoral de octubre. En el radicalismo suena fuerte Braulio Zanotti, que se mostró con el juecista Guillermo Lorenzatti, que también quiere ser candidato. El radical Felipe Botta continúa con su campaña por barrios e instituciones. Ni la UCR ni el Frente Cívico orgánicamente se han manifestado en favor de ninguno.
La pregunta a esta altura: ¿habrá un solo candidato bajo el paraguas de Juntos por el Cambio, o más de uno con distintos sellos? Esa incógnita se devela el martes. Luego comenzará la novela de las candidaturas hasta septiembre. Situación similar en el peronismo. ¿Un candidato o más de uno? Ya se acortan los plazos, la recta final hacia el Sillón de Viñas ha comenzado.
Martín Alexis Alanis.
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