Para hacer un balance y con el objetivo de abordar temas de relevancia para el sector, se reunieron quienes fueron presidentes del Clúster de Impulso Tecnológico desde su creación: Marcelo Sorzana, Gustavo Gómez Arrufat, Raúl Di Giovambattista y quien actualmente lo preside, Marcos Vega. Claves dialogó con ellos para conocer la realidad y proyecciones del sector.

Marcos Vega. El Clúster está integrado por 45 empresas y constituido por tres comisiones de trabajo. Una, para el incentivo de emprendedores. Otra de educación con la que se trabaja en conjunto con los diferentes niveles. Y una comisión de internacionalización en donde se gestiona para que cada vez más las empresas del Clúster logren exportar sus productos y servicios.

Marcelo Sorzana: Desde sus comienzos, hace siete años el clúster ha sumado muchas empresas. Éramos 7, hoy 45. Ha mejorado la participación porque hay que tener en cuenta que cuando se está en un grupo de este tipo se le quita tiempo a las propias empresas para poder participar en busca del bien común. El motor siempre fue el mismo, incentivar y promover el uso de tecnología y el beneficio común de las empresas en general. Movilizar todos los andamiajes necesarios para que las empresas podamos seguir creciendo y trascendiendo.

Gustavo Gómez Arrufat. El sector ha seguido creciendo constantemente y en cuanto al clúster aumentó en él la participación. Hay que tener en cuenta que consiste en cooperar en un ambiente competitivo donde se trabaja en conjunto, pero en el mercado nos encontramos todas trabajando para conseguir, tal vez, un mismo cliente. Hubo un crecimiento en número de empresas y creo que el objetivo de las nuevas gestiones fue el de apoyar a los emprendedores. Más allá de eso se busca el bien común y vemos en la tecnología una gran oportunidad para la región y para el país. Estamos en una industria que tiene capacidad de captar las riquezas del mundo, para eso tenemos que desarrollar cuestiones básicas.

La educación en Argentina está orientada a las ciencias sociales y esto se ve reflejado en las elecciones que hacen los chicos en sus carreras. Si no formamos profesionales en tecnología, no vamos a poder crecer. Otra de las cuestiones que sufrimos tiene que ver con la presión fiscal que nos quita margen de maniobra. Como no hay inversión normalmente reinvertimos nuestro propio capital y como somos empresas que no tenemos bienes materiales de uso o inmuebles para garantizar las inversiones, cuesta el acceso al crédito. Entonces sólo queda como alternativa recurrir a los recursos propios. Tomar el riesgo y con la presión impositiva se hace muy dificultoso. 

En el país y en Córdoba el recurso humano es escaso. Deberíamos cuadriplicarnos o quintuplicarnos en los próximos años por lo que hay que sumar gente sino no se podrá crecer.

Raúl Di Giovambattista. El tema que nos preocupa a todos es el de los recursos humanos y la presión fiscal. Venimos trabajando para triplicar la cantidad de empleos formales, deberíamos generar unos 150 anuales y si para eso tenemos sólo unos 9 o 10 profesionales para cubrir la demanda, el bache es terrible. 

Estamos a un 10 por ciento del crecimiento que podríamos tener. No hay generación de profesionales para cubrir los puestos. En el país hay un déficit de 19.500 puestos de trabajo, eso significa que si hoy hubiera esa cantidad de gente preparada estaría trabajando, siendo mano de obra calificada y con un buen nivel de ingreso.

Creo que tiene que haber un cambio de mentalidad a nivel general. Los argentinos somos proclives al desarrollo de carreras blandas y esto se ve reflejado en la realidad. Todos los clúster del país lo manifiestan.

Hay que diferenciar entre manejar la tecnología y cursar una carrera del área. Cada vez tenemos más uso de ella, pero menos gente con la intención de estudiarla. Si no se piensan políticas o se generan cambios de formación para que las personas puedan insertarse a edades más tempranas, esto va a ir empeorando. Hay que planificar carreras que se adapten a las necesidades del mercado actual. La tecnología avanza muy rápido haciendo que alguien que comenzó con una currícula de cinco años es altamente probable que lo que estudió ya sea obsoleto.

Gómez Arrufat: Una de las críticas al sistema es que prepara usuarios de tecnología y nosotros lo que necesitamos son creadores. Jóvenes que intervengan, que cuestionen la tecnología y que propongan mejoras para crear nuevas. Ese es el cambio de paradigma.

Di Giovambattista. Hay 40 clúster en el país y nosotros estamos ubicados entre los 10 primeros, por lo tanto, muy bien posicionados. Uno de los parámetros para que esto suceda es la cantidad de empresas que nuclea y la mano de obra involucrada. Estamos hablando de unas 700 personas que trabajan en las empresas de Villa María y región.

Sorzana: La presión fiscal es la misma que en cualquier otra actividad, pero la particularidad que tenemos es que para lograr un producto hay mucha inversión y por lo general no tenemos bienes de capital por lo que el financiamiento formal no aplica para nosotros. Nuestro mayor capital es el recurso humano. Nos tenemos que financiar con nuestras propias utilidades por lo que el crecimiento se hace cuesta arriba. Si bajaran la carga fiscal nos permitirían mayor utilidad y eso se podría volcar a nuevas inversiones.

Vega: Estamos compitiendo en recursos humanos con el mundo y la presión fiscal nos complica porque no es fácil brindar salarios equivalentes en dólares.

Los sueldos que ofrecen empresas extranjeras son superiores y es difícil igualarlos, primero por la variación de cambio que tenemos y segundo por su costo fiscal.

Di Giovambattista. La conversión que tenemos nos perjudica cuando se exporta ya que no se cobra en dólar billete, pues recibimos el pago en dólar divisa que es menor que el dólar billete. Hoy estamos liquidando dólares a 92 pesos, situación que dificulta la posibilidad de competir.