De los hilos del recuerdo a la moda actual

Lo que comenzó como una inquietud personal en la infancia de Camila Arias hoy se consolidó como uno de los espacios de moda con identidad propia en la ciudad. Miss Margaret, el emprendimiento que lleva adelante desde hace tres años, no es solo una tienda de ropa: es el reflejo de una pasión que nació entre hilos, telas y la inspiración de su abuela.

“Desde chica me fascinaba ver a mi abuela coser y bordar. Eso fue lo que me llevó a estudiar diseño de indumentaria”, cuenta Camila, creadora y alma de este proyecto. Antes de tener un local propio, Camila comenzó diseñando y confeccionando sus propias prendas, que vendía en otros negocios. Fueron años de aprendizaje, esfuerzo y mucha dedicación.

Con el respaldo incondicional de su familia y personas cercanas, en septiembre del 2021 logró abrir las puertas de Miss Margaret, ubicado en calle Rivadavia 313. Desde entonces, el emprendimiento no ha dejado de crecer, consolidándose como una propuesta original dentro del mundo de la moda local.

“Más que una tienda de ropa, Miss es un espacio donde cada clienta encuentra su estilo personal”, afirma. La propuesta del local combina diseños de tendencia con prendas básicas y atemporales, todas elaboradas con una premisa clara: calidad y estilo en cada detalle.

El concepto de Miss Margaret va más allá de la ropa. Es un espacio pensado para que cada mujer pueda encontrar algo que la represente, que la haga sentir cómoda y única. Esa visión, impulsada por Camila desde el primer día, se traduce en un cuidado en la selección de prendas que combinan lo clásico y lo actual, lo artesanal y lo urbano.

Hoy, a tres años de abrir su local, Camila sigue soñando en grande. “Todavía tenemos muchos sueños por cumplir. Uno de ellos es lanzar nuestra tienda online y seguir expandiendo la producción de diseños propios”, señala con entusiasmo.

Miss Margaret es, en definitiva, el resultado de una historia tejida con dedicación, amor por el diseño y una mirada sensible hacia la moda. Y su crecimiento es prueba de que los sueños, con trabajo y constancia, pueden convertirse en realidades que inspiran.