El comercio es el eslabón último de la cadena, el más cerca del consumidor. La pandemia y el contexto hicieron repensar los canales tradicionales. Generó un golpe importante en la economía villamariense y un desafío en el comercio minorista para el futuro.
Fueron cambiando las costumbres y el movimiento, las ventas minoristas estuvieron marcadas por la restricción de circulación de personas. En ese marco, la crisis alcanzó a todos los sectores pero se profundizó en aquellos que no pudieron trabajar.
La ubicación de la ciudad en el mapa nacional nos ha favorecido. “En relación a otras ciudades de la provincia Villa María está bien. Creo que es por la cantidad de dinero que se genera diariamente. Los tambos son una actividad importante y la zona industrial también”, dijo Titín Hernández.
La ciudad siempre tuvo una gran afluencia de pobladores vecinos que se resintió en la cuarentena pero que siguieron consumiendo a través de redes y cuando se pudo circular llegaron de forma presencial.
Con la apertura de la actividad a partir de noviembre muchos comerciantes pudieron recuperar el volumen de las ventas. “A partir de noviembre empezamos a vender algo más y a principio de este año se movió lo que es la venta de indumentaria para fiestas ya que pudieron hacerse reuniones”, continuó el comerciante.
De a poco los comercios van aumentado los volúmenes de venta, aunque lenta y paulatinamente las señales son positivas, siempre con el temor de nuevas medidas. Se va planificando y pensando para el futuro en función de todos los escenarios posibles.
“De a poco se va reactivando. No volvimos al 100 por ciento, no podemos recuperar los niveles que teníamos, pero seguimos apostando, va mejorando pero todavía le falta un tironcito. Se nota y es porque la situación no está del todo bien, se evidencia mucho a fin de mes la baja en las ventas y repunta para mediados del mismo. En cierta medida muchos de los comerciantes nos vimos perjudicados por lo que fue la suspensión de las fiestas, las promociones, cumpleaños, el cierre de los boliches, eventos que nos traían jóvenes y adolescentes, un tipo de mercadería que no se está vendiendo. Mejoramos con la vuelta a clases. Algunos quedaron con el calzado del año pasado que no lo habían podido usar”, dijo Nashyra Salomón.
“De a poco se fue retomando el ritmo de las ventas. No podemos hacer hoy las comparativas anuales. Con respecto a 2019 tenemos una caída de un 25 por ciento. Con la apertura a partir de mayo del año pasado se fue trabajando pero nunca recuperamos las cifras de años anteriores. El comercio se está moviendo y mi rubro particularmente, que vendemos indumentaria deportiva, cómoda, para estar en la casa, se mueve un poco más”, aseguró Jesica Caverzasi de Vanguard.
En este contexto las pymes están protagonizando una reconversión tecnológica. Las redes sociales se han transformado en los motores de venta. Para muchos significó la incorporación de especialistas que armaran las redes y web. Los comerciantes tuvieron que actualizarse, capacitándose para generar una logística que fuera importante y atractiva para el cliente. En el caso de Hernández Hombre celebraron un convenio con Correo Argentino para llegar a cada punto del país.
“Descubrimos la venta online, que por ahí nos iba a demorar más, pero debimos concretarla en poco tiempo. Se generaron pedidos y se facturó. Hoy la gente sigue viendo la mercadería por las redes, aunque la presencialidad lleva la delantera con la venta”, afirmó Titín.
Hernández comentó que fue tal la venta y la sorpresa que enviaron mercadería a todo el país, hasta Tierra del Fuego.
“Si bien la venta online fue creciendo de a poco, esto nos obligó a adelantar los tiempos de la puesta en funcionamiento de las redes. Creo que a largo plazo se va a imponer y no podemos dejarlo de lado”, indicó Jesica.
“Nosotros vendimos por las redes y estamos ahora en proceso de elaboración de la web. La gente se acostumbró mucho a esto y siguen consultando por este medio. Lo que sí nos pasa es que muchos necesitan medirse, por eso consultan y después vienen al local”, acotó Nashyra.
Mercadería que falta
Otra de las cuestiones que marcan los comerciantes es la falta de mercadería, aunque ahora en 2021 se consigue algo más, lo mismo las colecciones están acotadas por la falta de insumos.
“Las fábricas este año no tienen disponible el stock como antes sino que se trabaja a pedido.”, afirmó Nashyra.
“Uno de los grandes problemas que tenemos en este momento es la falta de mercadería, que si bien buscamos marcas alternativas y demás, sinceramente está muy complicado la posibilidad de la reposición. Este es hoy nuestro problema principal”, dijo Jesica.
Medios de pago
Otra de las estrategias que tuvieron que reforzar los comerciantes hace referencia a los medios de pago. Hoy, más del 50 por ciento de las ventas se concretan con tarjeta de débito, crédito o billetera digital.
“Las ventas con tarjeta aumentaron hasta un 50 por ciento, el calzado aumentó un 30-35 por ciento y la gente aprovecha las cuotas”, puntualizó Salomón.
Un factor que para muchos también es un inconveniente se refiere al aumento de los costos fijos, tanto de renovaciones de alquileres como de servicios e impuestos, que aseguran no acompaña al contexto.
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