Lo que pasó y lo que viene

Lo que pasó y lo que viene

Como lo hacemos anualmente, en el primer número de CLAVES de cada año planteamos las proyecciones económicas del año que se inicia según nuestras expectativas y las opiniones de las consultoras más prestigiosas del país.

Además, a manera de rendición de cuentas, comparamos los resultados de lo que pronosticamos el año anterior con lo que realmente sucedió, para que nuestros lectores nos evalúen y saquen sus propias conclusiones.

LO QUE PASÓ EN EL 2023


                                                           Pronóstico                              sucedió
Inflación                                                98 %                                        211 %

Dólar oficial                                      $ 328                                        $ 800   

Nivel de actividad                               0,5%                                        -1,8 % (estimado)


DIJIMOS
La mayor parte de los analistas prevén una economía en 2023 mas compleja que 2022. Menor consumo, alta inflación, devaluación importante y una actividad con menos crecimiento.


En el contexto global de un bajo crecimiento en la economía mundial, a nivel local este 2023 además presenta dos incógnitas importantes que van a condicionar la economía: 1) la sequía imperante y 2) las elecciones presidenciales.

PASÓ
La sequía y las elecciones fueron los condicionantes más importantes de la economía en 2023. Menos recursos y más incertidumbre atravesaron la sociedad, afectando la actividad económica. El año 2023 fue peor a lo previsto.

DIJIMOS
Todo esto producirá tensiones en el mercado de divisas y es muy posible que las restricciones a las importaciones sigan vigentes este año, con el consiguiente efecto sobre la actividad de las empresas, la disponibilidad y precios de muchos productos.

PASÓ

La falta de divisas para importar fue un factor central para las empresas. No solo influyó en la actividad sino también en los precios. Fue el argumento, muchas veces la excusa, para cobrar algunos productos a cualquier precio.

DIJIMOS
Debemos acostumbrarnos a medidas “sui generis” como el “dólar soja”, la recompra de bonos o la posible moratoria (entre otras) a las que nos tendrá acostumbrados este ministro, en el contexto de una economía en terapia intensiva.

PASÓ
Fue parche tras parche con el objetivo de llegar como sea a las elecciones. Solo le faltó la moratoria porque el Congreso no se mostró dispuesto a eso

DIJIMOS

Cerramos el año con un muy buen resultado en las acciones y bonos. Con buenas expectativas más allá del 2023, en muchos casos apoyados por la mayor demanda que se genera en el mundo de productos que nuestro país produce (litio, alimentos, energía, etc.) y la posibilidad de un cambio de signo electoral.

PASÓ
Fue un muy buen año para las inversiones financieras que comenzaron a descontar un posible cambio de signo político y las mejores perspectivas de la economía en 2024, además de encontrarse muy bajo el valor de los bonos y de las acciones argentinas en términos internacionales.

DIJIMOS
En el medio de este sentimiento ambiguo nos moveremos los argentinos en los próximos meses. Un corto plazo con muchas incertidumbres y un mediano plazo con algunas proyecciones favorables.

PASÓ
Así fue. El “día a día” fue la consigna del año, con la esperanza de un horizonte mejor.

DIJIMOS

Es posible que Massa tenga un plan con ese objetivo: ajustar en verano y aflojar desde el otoño. Para eso debe lograr bajar la inflación unos puntos más y esto no es fácil con la inercia que trae y las limitaciones para importar. 

PASÓ

No le salió tan bien al ministro porque la sequía fue brutal y la inflación indomable. Pero se las ingenió para sacar un plan “platita” que inundó de billetes sin respaldo la economía. Consecuencias que hoy estamos sufriendo.

DIJIMOS
En el 2022 seguimos perdiendo competitividad. Esta situación relajó la presión sobre el dólar al que había llegado en junio, pero si no se logra bajar la inflación, esa tensión puede retornar.

PASÓ

La presión sobre el dólar fue constante y la brecha cambiaria fue creciente. La consecuencia, una brutal devaluación de la moneda apenas asumió Milei.

DIJIMOS
Se hace muy difícil consumir, y menos producir, con este nivel de incertidumbre. Hoy por hoy, con este dólar y sequía por delante, es difícil que cambie sustancialmente el panorama.

PASÓ
No solo no cambió, sino que se agravó la situación con una sequía histórica.

DIJIMOS
El consumo siempre es un vector importante para la reactivación y se muestra bastante débil este año. El Gobierno apuntará a bajar la inflación para recuperar algo de poder adquisitivo en el salario, tarea que no será sencilla.

PASÓ
A pesar de inundar el mercado de pesos, la inflación creciente le impidió al gobierno recuperar el poder adquisitivo de la gente: Una de las razones de su derrota electoral.

DIJIMOS

Está claro que el actual programa económico solo pretende llegar decorosamente a las elecciones. Sin solucionar la inflación no es posible recuperar el poder adquisitivo y siempre estaremos escasos de dólares oficiales, fomentando la especulación. Unificar y liberar el mercado de cambios sería utópico en un gobierno que se está yendo.

PASÓ

Solo pudo llegar, a duras penas, a las elecciones. Ningún cambio estructural se produjo en el año, no había margen.

DIJIMOS
Mientras tanto debemos convivir con esta realidad y mirar la economía día a día, esperando que no suceda alguna situación complicada interna o externa.

Si Argentina no logra encarrilar un plan económico sólido y con perspectivas, nuestro futuro estará signado por más inflación, menos inversión y más pobreza. Un futuro poco deseado por la mayoría de los argentinos.

PASÓ
Esperemos que este deseo del 2023 se cumpla en algún momento en el futuro inmediato.

LO QUE VIENE EN EL 2024

Según lo que informa el Relevamiento de expectativas de mercado (REM) publicado por el Banco Central (enero 2024), esto es lo que pronostican los principales economistas de la City para este año:

Inflación anual                                 227 %
Dólar oficial                                    $ 1.700 (dic. 24)
Nivel de actividad                             -3 %
Balance comercial                     U$S 15.963
Superavit primario                  $ 881.000 millones

Alta inflación, aunque en tendencia declinante, un dólar más elevado y una caída fuerte del producto bruto es lo que esperan los economistas que elaboran el REM del Banco Central. Un año complejo si vemos estas proyecciones, pero con un dato muy alentador: estiman un fuerte superávit comercial (exportaciones menos importaciones) de alrededor de 16.000 millones de dólares.

Si a esto le sumamos la proyección de un superávit fiscal primario, son datos claves para cambiar el rumbo de la economía hacia 2025. Es importante aclarar que en esta proyección de los analistas no está incluido el traspié de la ley Ómnibus en el Congreso, hecho posterior a la emisión del REM descripto.

NUESTRO COMENTARIO:

Un año que se inicia en el contexto de un nuevo gobierno. Pero no es solo un cambio de color político, a juzgar por su discurso Javier Milei pretende imprimir en la economía argentina cambios profundos. Desregulación, competencia, privatizaciones, eliminación de subsidios, dolarización, etc., son algunas de las medidas que el nuevo mandatario ha anunciado.

Mas allá de que muchas dependen de la suerte que tenga en el Congreso, está claro que la economía argentina va a cambiar significativamente a lo que estábamos acostumbrados todos estos últimos años, fundamentalmente porque el grado de deterioro al que hemos llegado lo amerita. Es que desde hace más de 20 años estuvo signada por gobiernos que provocaron déficits permanentes, algo que se estima va a cambiar de ahora en adelante. Lo que está claro es que Milei ha definido llegar al déficit “cero” lo antes posible, incluso previendo un superávit fiscal para 2024. Objetivo que parece innegociable al comienzo de su gobierno.

Para los distintos analistas políticos y económicos, existe cierta curiosidad por la propuesta liberal de fines del siglo XIX que propone Milei, con nada de política industrial como actualmente muchos países del primer mundo lo hacen. Una situación que pone en dudas para muchos la viabilidad social de su proyecto.

LA ECONOMÍA CAMBIA

Si la economía cambia, el protagonismo que tendrán sus actores también. Algunos que fueron ganadores en los últimos años pueden quedar sin sustentabilidad en sus negocios y se pueden abrir otras oportunidades que antes no existían.

Es por eso que se hace vital tratar de conocer cómo funcionará la economía en estos próximos años. Lógicamente que todo esto depende del éxito de las medidas anunciadas por el presidente antes y después de la campaña. Muchos sectores, políticos y económicos, se resistirán a estos cambios y eso le pone incertidumbre al futuro, teniendo en cuenta la endeblez política de Milei, si de legisladores o gobernadores se trata. Hay muchos intereses en juego que se fueron consolidando en un modelo de país que lleva décadas y que se resisten a cambiar.

Menos consumo

En los próximos meses la economía tenderá a contraerse más, aunque no a todos los sectores les impactará igual:
– Los sectores de peor desempeño serán aquellos cuya demanda depende principalmente del mercado interno (industria, consumo masivo, gastronomía, entre otros). Esto se debe a que, durante la corrección de precios relativos y la consecuente aceleración inflacionaria, los ingresos reales caerán fuerte; caída que se sumará al deterioro de los últimos años. A esto se le sumará una baja más pronunciada de los salarios públicos en los próximos meses, fruto del ajuste.

– La perspectiva para los sectores que dependen del mercado externo es mucho más favorable (agro, minería, servicios basados en el conocimiento, petróleo, gas), como consecuencia de la fuerte devaluación y la gradual normalización en el flujo de las importaciones, entre otras cosas. Según la consultora Invecq, en el caso puntual del agro, se espera que la cosecha de los principales cultivos (trigo, soja, maíz) aumente 85% en volumen y 55% en valor. Así, el sector crecería al menos 40% aportando una expansión de 3,4 puntos al PBI.

A pesar de todo, la actividad caería en promedio durante 2024. Los cálculos de caída se estiman entre un 2 y un 4% según el éxito del programa económico y el control de la inflación estos próximos meses. La estimación del FMI es del -2,8%. Es de esperar que, tras un primer semestre contractivo, la economía repuntaría hacia la segunda mitad del año.

También es muy posible que una mejora en la economía se sienta más rápido en el interior del país y en especial, en regiones como la nuestra, como consecuencia del impacto del sector agropecuario. Para el AMBA sería más complicado el escenario por su mayor dependencia del consumo interno.

Un dólar más quieto

El gobierno en el año 2023 aumentó el tipo de cambio más que la inflación, para este año posiblemente ocurra lo inverso. Si la economía tendrá por delante un escenario recesivo, sin emisión de pesos, habrá menos demanda de dólares. Si a esto le sumamos una mayor oferta de dólares por más exportaciones como consecuencia de la cosecha y combustibles especialmente, el precio de la moneda norteamericana no se visualiza creciendo en términos reales este año.

Esta situación puede producir una inflación en dólares en muchos productos y servicios. Las propiedades en dólares subirán, las acciones y los bonos pueden seguir subiendo su cotización, mostrando una ganancia en dólares muy importante. Datos a tener en cuenta por los inversores.

Como sugerencia final se podría decir que en el mundo de los negocios hay que estar muy atentos a todos los cambios que se vienen. Una distracción puede producir pérdidas inesperadas como también una acertada decisión, buenas ganancias.

CR. ALBERTO COSTA

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