Sin Cristina cambia el mapa político

Sin Cristina cambia el mapa político

 Al “operativo clamor” le puso fin la misma Cristina Fernández de Kirchner. No será candidata “a nada”, como ella misma dijo en diciembre pasado y lo ratificó ahora con una carta pública. La decisión implica un cambio radical en el mapa político-electoral de la República Argentina en este 2023.

 Ya se habían “bajado” el presidente Alberto Fernández y el expresidente Mauricio Macri, ambos con altos niveles de imagen negativa. CFK también tiene alta imagen negativa en la población, aunque ningún dirigente del peronismo nacional alcanza la intensión de voto de la vicepresidenta y mucho menos logra el consenso del grueso del justicialismo, desde la militancia de base al sindicalismo, desde los gobernadores hasta los movimientos sociales.

 Para el peronismo, CFK representa una síntesis de consenso casi unánime a pesar de la dificultad electoral que todas las encuestas le marcan para una eventual segunda vuelta. Pero los otros posibles candidatos ni siquiera garantizan un porcentaje expectante para luego enfrentar la instancia posterior. El peronismo-kirchnerismo apostó sus fichas más valiosas para revertir una decisión ya anunciada tras el fallo condenatorio en la causa Vialidad. Incluso antes del acto del 25 de Mayo, en el cual Cristina será la única oradora en Plaza de Mayo, la propia líder del espacio terminó con las especulaciones. No será candidata. ¿Y ahora? ¿Cómo se reconfigura un espacio golpeado por la inflación y la consecuente caída del poder adquisitivo si la principal espada electoral se corre de la contienda?

 Más allá de los argumentos esgrimidos por la propia Cristina, que ya fue analizado hasta el hartazgo por la prensa porteña, la pregunta ahora es quién será el candidato “bendecido”, si la pretensión es unificar todas las posiciones dentro del Frente de Todos, escenario poco probable ya sin CFK; o quiénes serán los candidatos que compitan en las Paso.

 Hay varios nombres y uno que algunos pretenden subir al ring nacional. En la nómina aparecen Daniel Scioli, “Wado” de Pedro,Sergio Massa, Juan Grabois y Agustín Rossi. ¿Y Axel Kicillof? Aquí una de las grandes incógnitas a menos de un mes del cierre de listas. El gobernador de Buenos Aires busca revalidar en la provincia más grande del país, y las encuestas lo acompañan.
Pero también fideliza más que nadie el voto K y afines. ¿Qué pasa si Cristina le pide ser candidato a presidente? ¿Quién “dejaría” como candidato a gobernador bonaerense? Y si se queda en Buenos Aires, y despega la elección provincial de la nacional, ¿no sería un golpe de nocaut para la pretensión presidencial del cualquier candidato del oficialismo?

 ¿Massa? ¿Es el candidato que puede generar más consenso entre todos los sectores? ¿Lo bendecirá Cristina? El ministro de Economía, que vive los momentos más difíciles desde su asunción, con una inflación descontrolada, pide evitar las Paso para no exponer con total crudeza las fracturas internas.

 ¿Pero tiene el consenso para esquivar la primaria? Claramente no, aunque un solo gesto de Cristina, la socia mayoritaria del Frente de Todos (que, por otra parte, quedaría en el olvido y se lanzaría un nuevo sello ante la debacle de la actual coalición), lo dejaría en la “pole position”. Lo mismo sucedería con cualquier otro candidato, aunque estos dos son los que mayores números muestran en las encuestas.

 En un escenario de tres tercios, como muchos avizoran para este 2023, con un Javier Milei que se exhibe competitivo, y un Juntos por el Cambio que trata de ordenarse y bajar la virulencia interna ante la caída en las encuestas, los acuerdos y desacuerdos en el Frente de Todos impactarán en el mapa político venidero. Ya pasó con la decisión de Cristina. Para adelante, no será igual una candidatura u otra (en nombres propios). No será igual si hay Paso oficialista o consenso. No será igual si CFK bendice a uno u otro. No será igual si Kicillof despega la elección bonaerense o la fija para el mismo día.

 Todas estas preguntas-incertidumbres pre-inicio de campaña terminarán de resolverse el sábado 24 de junio. Un día antes de las elecciones provinciales, motivo de las columnas venideras en este portal, la población argentina conocerá la totalidad de los candidatos a presidente y vice para las primarias del 13 de agosto. Allí comenzará otro año, la campaña nacional propiamente dicha. El primer tiempo de un largo partido. En el medio, la ciudadanía sigue penando por una economía que no da pie con bola (al menos para la percepción de la mayoría, a pesar de algunos índices positivos como empleo y capacidad instalada). Pero el calendario electoral coincide esta vez con dolores de cabeza mayúsculos en materia económica (¡8,4%! de inflación en abril, se espera un número parecido en mayo). La economía se arregla con política y la arregla la política, no hay otro camino posible. Solo con más democracia saldremos del fondo de la tabla. 

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