La industria de la salud

Según datos del Ministerio de Industria de la Provincia, en 2021 la industria de la salud creció 47,9 por ciento frente a 2020 y 58 por ciento si se la compara con 2019, siendo este un importante sector productivo que está nucleado en la Cámara de industrias de la Salud de Córdoba (CAISAL). Para interiorizarnos entrevistamos a su presidente, Luis Argañarás y a una integrante de su Directorio, Silvina Grasso, miembros además de las empresas Química Luar y Leistung, respectivamente.

¿Por qué surge la necesidad de organizar una cámara?

Luis Argañarás. La idea original era la formación de un clúster de salud para potenciar el sector articulando los distintos actores. Finalmente formamos una cámara. Hay varios rubros en la salud que unidos tienen otro nivel de presencia y que sirven para potenciar la actividad y darle visibilidad a las empresas. 

Es difícil llegar a un equilibrio porque son de distintas áreas. Somos todas de la salud pero no es lo mismo tecnología médica, aparatología, implantes o servicios. Esto hace compleja la articulación de los sectores.

Creo ha sido una experiencia muy interesante y exitosa porque Caisal ha logrado un nivel de visibilidad en todos los estamentos de gobierno, tanto provinciales como nacionales. Hoy firmamos para la ley de biotecnología y esto era impensable hace unos años porque las empresas no tenían representación.

Silvina Grasso. Formar una cámara de Córdoba siempre nos pareció muy acertado. El sector es muy importante, no tanto por el monto de la facturación ni por el volumen de las exportaciones sino por lo estratégico, viéndose claramente con lo que pasó en la pandemia. De los veintitrés productos que hacían falta para atender a la pandemia, veintidós de ellos se fabrican en el país. Unirnos fue muy importante, facilita el mayor acceso en cualquier gestión. Al ir todas juntas hemos logrado también mucha visibilidad en el tratamiento de las leyes.

¿Cuál es el lugar de Córdoba en el país en la industria de la salud?

Argañarás: es muy importante el lugar sobre todo en el sector de tecnología médica. Es el segundo actor principal. En cuanto a medicamentos es marginal porque esta industria está concentrada en Caba y provincia de Buenos Aires. Pero en la tecnología médica está más diversificada y Córdoba es un importante actor. Tanto es así que el 40 por ciento de las exportaciones del sector provienen de la provincia.

Lo que se proyecta como muy importante es lo que hace a la innovación. Córdoba va a ser el actor principal tanto en el desarrollo de productos médicos, en nanotecnología, como en biomedicina. Tiene un factor destacado: los recursos humanos de las universidades. Todos los dispositivos y equipamientos médicos llevan software y Córdoba es líder en esta materia.

Hoy no hay ninguna disciplina que no implique tecnología y esas capacidades se dan en Córdoba de manera natural por el desarrollo tecnológico y la diversidad de la oferta.

Se da una particularidad, la creatividad, la conjunción de empresa, la unidad de transferencia de tecnología y de generación de conocimiento. Esa comunicación fluye más que en otras partes. Esto le da una preponderancia a la industria de la salud. Es el caso de las investigaciones clínicas que tienen que ver, no solo con la pandemia, sino con lo que está pasando ahora desde la invasión de Rusia a Ucrania.

 La investigación clínica se desarrolla fuertemente en Europa del este. Había un gran desarrollo que se rompió y no va a volver a ser así, esto genera un oportunidad muy importante y Córdoba puede atraer esas inversiones y desarrollarlas. Este nuevo orden mundial que se está vislumbrando va a ser muy relevante en este aspecto.

Grasso. La innovación, la investigación y el desarrollo son fundamentales junto con lo regulatorio y con las exportaciones, pilares que hacen que nuestro sector crezca. Creo que con el nuevo orden mundial, con lo tecnológico, con la conectividad y todo lo que está cambiando a una velocidad acelerada por la pandemia, nos encuentra en un lugar y una oportunidad únicos, y es lo que nos permite estar por encima de las cuestiones macroeconómicas o competitivas. Cada una de las empresas encuentra dificultades, pero me gustaría poner el foco en las oportunidades, las posibilidades que tengamos las empresas de innovar y exportar, y obviamente encontrando colaboración en el sector público para que nos destraben algunas cuestiones regulatorias o convenios para hacerlo.

Tenemos que tratar que nuestro sector se pueda incorporar a la Ley de la Economía del Conocimiento, esto nos brindaría una estabilidad mucho mayor a la que tenemos. Leyes como éstas a sectores innovadores como el nuestro y como muchos de la Argentina deberían generar soluciones en dificultades que muchas veces afrontamos. Nuestro sector se transforma en un círculo muy virtuoso cuando genera innovación con regulación y exportación.

¿Cuál fue el impacto de la pandemia en cada una de sus empresas y también como sector?

Grasso: La pandemia ha sido un verdadero hito para el sector, generándole una participación fundamental. La soberanía que ha tenido la Argentina respecto a las necesidades es destacable. Había países de Latinoamérica que demandaron productos que nuestro país fabrica. Nos tenemos que sentir completamente orgullosos, tiene que ser una motivación para que el sector siga creciendo y que el estado apoye con políticas concretas. En nuestro caso ha sido un orgullo el ser parte de la solución a un problema. Tenemos una pyme de 37 años en el mercado y esto fue una oportunidad enorme. De repente estás en un mercado con un producto que era poco conocido y pasas a que tu vecino te pregunte por el respirador y te agradezca. Ha sido una experiencia para nosotros única.

Argañarás: Para nosotros fue una experiencia realmente muy importante. Tener un tratamiento para Covid, que a pesar de que no tuvo tanta transcendencia internacional sigue siendo el único tratamiento más efectivo.

Atendimos 200 municipios, realizamos más de 100 capacitaciones al personal de salud. Hemos logrado bajar la mortalidad. En la mayoría de las localidades que implementaron la nebulización (programa Aire) bajaron la mortalidad del 4/5% a menos del 1%. El tratamiento con ibuprofeno inhalado en la fase temprana es efectivo en pacientes de riesgo.

Realmente lo que cosechamos a nivel empresa no es solamente el desarrollo del producto sino la visualización y la internacionalización de la empresa y la experiencia humana de trabajar con diferentes localidades.

Entregamos equipos y, para una pyme pequeña como las nuestra con 30 empleados, fue un desafío enorme. Para nosotros fue como implementar una política sanitaria. 

¿Están exportando?

Grasso: Sí, estamos exportando de forma sostenida los últimos cinco años. Implica el 30 o 40 por ciento de la facturación local y buscamos que sea el 50. Exportar te hace levantar el estándar del cliente. En lo general el sector ha tenido muy buenas oportunidades. Se aumentaron las exportaciones, por ahí en los países más cercanos, pero también a otras áreas del mundo como Asia y África.

¿Las empresas estaban preparadas para encarar esta pandemia?

Argañarás: Las empresas argentinas son muy versátiles por la inestabilidad en la que nos desenvolvemos habitualmente, lamentablemente nuestro medio nos prepara mejor para escenarios cambiantes, para encarar cualquier circunstancia. Si le hubiera ocurrido a una empresa europea, no sé si tendría la capacidad de reaccionar. 

Obviamente que significó dar respuesta en varios aspectos, como en recursos humanos y logística. Una serie de temas que fueron difíciles de abordar, de responder y arreglarnos con lo que teníamos. Fue un gran desafío y las empresas tuvieron una capacidad de respuesta importante.

Grasso: La asociatividad ayudó mucho. Cuento mi experiencia: necesitábamos insumos y las empresas metalúrgicas lo podían hacer. Nosotros estábamos desbordados, nos dimos vuelta y vimos que las metalúrgicas estaban frenadas. Se acercaron para colaborar sin preguntar si iban a sacar un rédito. Esto es innovación de procesos. Es buscar alternativas.

Nosotros hicimos las cosas muy diferentes en la pandemia y esto nos posibilitó crecer 10 años en seis meses.

Argarañás: Se movió, hubo una dinámica muy interesante, como mucha disposición del sector público y acá tenemos que diferenciar el sector público nacional y provincial. El nacional lo único que hizo fue obstaculizar y el provincial tuvo una dinámica para ayudarnos, trabajó con empatía.

¿Cuáles son las demandas al gobierno provincial para su sector?

Argañarás: Yo creo que el sector público tiene que tener una coherencia para hacer que las empresas sean viables. La provincia lamentablemente se acordó de los proveedores locales cuando no pudo tener los productos en la pandemia. Se da el caso de empresas que exportan y no le pueden vender a la provincia de Córdoba y eso es ridículo. Tiene que haber coherencia en el sistema de compras. La exportación te da estabilidad, pero no puede ser que vivamos de venderle al exterior y no podamos venderle a la provincia.

Grasso: Me sumo a Luis en decir que el sector salud en el mundo le vende al estado. La capacidad de compra que tiene el estado es lo que debería asegurar tu funcionamiento normal, más allá del crecimiento que podamos tener en las ventas fuera del país.

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