Lleva tres décadas en la pastelería y desde hace varios lustros, su nombre es sinónimo del rubro en la ciudad. Ahora, casi al final de un año dominado por la pandemia, Susana Marzolla se reinventó.

"Este fue un plan Z a la remodelación pensada inicialmente", confesó a revista Claves en la semana en la que habilitó la heladería Freddo en su tradicional casa de té de calle Entre Ríos. Es que originalmente Susana y su equipo proyectaron - "para sostener un negocio con altos costos fijos"- la apertura de un patio abierto en el local, pero finalmente se inclinaron por ofrecer "una buena calidad de helado, el de una marca que nunca estuvo en Villa María".

Susana, quien ya había tenido su fabricación propia de helado siete años atrás, se emocionó en la charla con Claves por la aceptación de la clientela a su nueva propuesta. "Nunca pensé que vendría tanta gente, es un mimo al alma y me anima a decir que lo hicimos bien, que valió la pena", manifestó.

Si bien habló de un escenario de "incertidumbre, porque no dejas de laburar al 50% (por los protocolos de bioseguridad vigentes) y además no sabemos qué va a pasar", recalcó que siempre apuestan "al trabajo y a buscarle la vuelta a que esto funcione".

No fue la única novedad. Ahora, el salón de té exhibe justamente su corazón de negocio, la pastelería artesanal, que ya no está en el espacio lindero sino en el mismo reducto. "Es como mostrar lo que nos sostuvo, darle la importancia que nunca le dimos, porque hasta ahora escondí siempre mi fuerte", analizó la anfitriona.

De esta manera, quien ingresa a la casa de té puede apreciar todo lo que Marzolla ofrece. "Sólo tengo para decir: Gracias gigante", expresó desde el espacio en el que está desde hace 12 años, rodeada de clientes y clientas de distintas edades.