Mientras la ilusión de todos los argentinos viaja a Qatar, con la inmejorable posibilidad de alcanzar la tercera Copa del Mundo el próximo domingo ante Francia, la política local da pasos lentos y poco ruidosos pensando en la gran competencia electoral del 2023. En juego estará la intendencia y nadie quiere perderse el tren de subirse, al menos, a una precandidatura. Ya hemos hablado en varias ocasiones del oficialismo, en esta oportunidad lo haremos de la oposición.
Resulta complejo para la dirigencia política instalar candidaturas o debates en pleno Mundial de Fútbol, más aún con una Argentina finalista. Ya lo habíamos señalado tiempo atrás, la actividad política bajaría considerablemente en noviembre-diciembre. Ahora por el Mundial, la próxima semana por las fiestas y en dos semanas por las vacaciones de verano. La población, en estos tiempos, es poco proclive a recibir mensajes de la dirigencia política. Mira de reojo, toca de oído, pero no profundiza demasiado. El periodismo también acompaña ese concepto informativo. La atención está puesta en otro lado, además de continuar trabajando para llegar a fin de mes con una inflación que sigue deteriorando el poder adquisitivo de las grandes mayorías.
Por eso hablamos de anuncios poco ruidosos, sin la repercusión de otros momentos pero que a la vez comienzan a sembrar las discusiones futuras cuando termine de consumirse el Mundial el próximo domingo, las fiestas el 1 de enero y las vacaciones el 28 de febrero, en ese orden cronológico. Todo tiene un plazo establecido. De allí en adelante la política y la economía dominarán nuevamente la escena, en un año marcado por la disputa electoral en todos los estamentos: locales, provinciales y nacionales. Incluso en algunas provincias y localidades la campaña se hará en ojotas y sombrilla, por ejemplo, La Pampa y Hernando, donde se votará el 12 de febrero (internas abiertas) y el 26 de marzo (intendencia), respectivamente.
En Villa María, los opositores lanzan sus candidaturas individuales aun sin acuerdos amplios entre los partidos. Son expresiones de deseos y trabajos personales o de grupos reducidos que todavía no logran articular proyectos conjuntos con las demás fuerzas. En la tercera ciudad de la provincia no se conformó la Mesa de Juntos por el Cambio. En efecto, no hay plataformas de gobierno ni métodos para resolver candidaturas. Solo charlas informales que admiten todos los actores, pero nada concreto. Por eso hablamos de candidaturas (o precandidaturas para decirlo de manera correcta) individuales o de pequeños grupos que no hacen al todo en el armado opositor.
Esta semana se sumaron dos más: Gisele Machicado, del Frente Cívico; y Alejandro López, de Encuentro Vecinal Córdoba. La exconcejal juecista hizo el anuncio en los medios; el referente local del exlegislador Aurelio García Elorrio pegando carteles en distintos sectores de la ciudad (con la palabra “Saludable”, como slogan). Se les suman a Guillermo Lorenzatti, también del juecismo; Felipe Botta y Gustavo Bustamante (que también pegó carteles junto a la imagen de Rodrigo De Loredo-foto-), ambos del radicalismo; Darío Capitani, del Pro; y Manu Sosa, del sector político que lidera Raúl Costa. López y Sosa, por ahora, no formarían parte del conglomerado cambiemita; y el resto sí en función de los acuerdos provinciales y nacionales que luego tendrán que ratificarse a nivel local.
En charlas “en off de record”, todos acuerdan que la unidad tarde o temprano terminará de firmarse.
Entienden que al peronismo local, que lleva 24 años en el poder, solo se le puede ganar en un escenario unidad total, o casi total. Por ahora cada uno atiende su juego. Camina barrios, genera reuniones, pega carteles, publica en redes sociales. Todo en un clima de bajísima confrontación con el oficialismo. Los tiempos electorales con mayor dureza se verán cerca de los comicios, en plena campaña. Por ahora se observan mecanismos de instalación de candidatos, algunos más profesionales que otros. Son estrategias habituales fuera de un periodo electoral. Para lo realmente interesante, todavía falta bastante. En el caso de la oposición, saber si habrá unidad o persistirá la división; quién será el candidato a intendente; y cuál será la plataforma para presentarle al ciudadano de a pie. No son hechos menores, son fundamentales.
También hay un dirigente que no descartó ser candidato, aunque no ha ejecutado ninguna acción pública. Esta semana reapareció con una campaña para continuar con la obra del albergue del Hospital Pasteur, hablamos del dos veces candidato Juan Carlos Zazzetti. Dirigentes radicales y del juecismo aseguran que en las encuestas mide más que el resto de los precandidatos. Desde el Pro, partido al cual adhirió el médico hace algunos años, aseguran que el candidato es Capitani. Y la frase de los últimos carteles va en esa línea: “Ahora sí”.
En tiempos donde la pelota gana la escena pública por goleada, con una sociedad nada deseosa de escuchar mensajes políticos y a la espera de una alegría grande el fin de semana, la dirigencia hace lo que puede para mantener pre-campañas electorales de baja intensidad. Las acciones son similares en casi todos, con mayor o menor ímpetu. El plato fuerte aún no se sirvió, recién estamos en la recepción. Ahora vamos por el Mundial. El resto puede esperar.
El 2025 parece lejano, ni que hablar 2027. En esta Argentina hiperactiva e impredecible pensar más allá de una semana resulta ciencia ficción. Y realmente lo es. La Ley Bases...
A continuación citaré de manera textual dos párrafos publicados en el sitio infobae.com durante el fin de semana, que tal vez pasaron desapercibidos por la mayorí...
La clase política argentina necesita serenarse. Lo necesita el Gobierno y la oposición también. No se puede vivir este frenesí constante mientras la calidad de vida de...
Javier Milei prendió la motosierra, como dijo en campaña; pero también la licuadora, como sobrevino después. Motosierra para hachar fondos en todas las áreas de...
