Y la economía diaria, ¿para cuándo?

Puntos más, puntos menos, la inflación en Argentina ronda el ¡7% mensual! El doble respecto a 2021, año de continuidad de la pandemia. Ya sin el virus circulando con fuerza en la sociedad, el aumento de precios voló por los aires en el presente ejercicio económico (hablando en términos presupuestarios). El coronavirus quedó atrás en las preocupaciones de los argentinos y la inflación escaló al primer lugar del ranking. Lo reflejan todas las encuestas, sin distinción. El salario se deprecia mes a mes, los precios suben y suben y la solución queda más allá que acá en el tiempo.

 Los argentinos hacen malabares para pagar servicios, comprar alimentos y satisfacer las necesidades básicas en materia de salud, educación, vivienda, vestimenta. En el sector formal el promedio de aumento acordado por sindicatos y empresarios ronda el 65% y los anuncios de revisiones, vía reapertura de paritarias o bono, no llegan. Sin dudas, el Gobierno nacional conoce el malestar de la población, ninguna economía puede evidenciar sanidad con semejante nivel de inflación más allá de indicadores positivos como crecimiento de la actividad económica o mejora en el empleo. Sin embargo, la pregunta es: ¿por qué no toma medidas urgentes?

 La Argentina de los contrastes permanentes muestran un país con 100% de inflación anual (hacia finales de año se alcanzarán esos valores, números más, números menos) y al mismo tiempo un fin de semana turístico record, incluso por encima del 2019, año pre pandémico. Hay un sector, alto y medio, que el impacto inflacionario le resulta menos dramático respecto a sectores medios o bajos, que sufren el aumento constante de precios en supermercados o comercios de barrio. 

 El Centro de Almaceneros de Córdoba, entidad que ha desarrollado metodologías de relevamiento de precios que muestran resultados muy similares a los medidos luego por el Indec, da cuenta que en la primera semana de octubre el incremento promedio cerró en 1,8%, proyectado supera otra vez el 7%. 

 ¿Cuáles son los productos que más aumentaron? Harina, azúcar, aceite y leche. Los de consumo masivo. Re contra masivo podríamos concluir. De allí que el impacto inflacionario golpea con mayor fuerza a sectores medios y bajos. No solo es una cuestión de ingresos, también de aumentos en los productos de la canasta básica. Estos sectores no vacacionaron el “finde” largo por las sierras o la costa atlántica, sí lo hicieron aquellos que su economía les permitió viajar para descansar. Y está muy bien, todos los argentinos deberían tener la posibilidad de vacacionar un finde XXL o en el receso veraniego. Pero no todos pueden hacerlo. El último dato de pobreza, que si bien bajó respecto al semestre anterior, sigue muy elevado: 36,5%.

 En este marco, ¿en qué piensa la política argentina? En suspender o eliminar las Paso; en fomentar el internismo permanente (en el oficialismo y en la oposición); en reclamar contra la ley que impide la reelección de los intendentes (en el caso de Córdoba); en adelantar o pegar las elecciones con las provinciales o nacionales; en criticar a propios y adversarios. Sí, la política piensa ¡en el 2023!, cuando la mayoría de los argentinos piensa en cómo hacer rendir el salario en la segunda quincena de cualquier mes.

 El desfasaje es cada vez mayor. La distancia se acrecienta como el dólar blue y el oficial. Las preocupaciones de la inmensa mayoría de los argentinos van por una ruta, las ansiedades de la política van por otro. El calendario electoral, por el motivo que fuere, se adelantó un año. El oficialismo nacional quiere exhibir algunos logros de corto plazo (reservas, acuerdos con organismos internacionales, empleo), pero choca con la dureza de la inflación y de salarios que “suben por la escalera”. Si los argentinos votan con el bolsillo, el Gobierno poco ha hecho por mejorar el poder adquisitivo tras el descalabro de todas las variables. ¿Con una inflación de 7%, se puede ganar una elección? ¿A quién le importa las Paso, las “re-re”, o el adelantamiento de comicios en un contexto donde lo primordial es juntar el “mango” diario?

 El ministro de Economía, Sergio Massa, tomó como prioridad la estabilidad de la macroeconomía. Juntó 6 mil millones de dólares -aproximadamente- entre “dólar soja” y algunos créditos internacionales. Sin embargo, hay más tipos de dólares que equipos jugando en la Liga Profesional de Fútbol. Para una segunda etapa, dejó bajar la inflación y mejorar los salarios de sectores formales e informales. Hasta los empresarios admiten que es necesaria una recomposición de los ingresos. 

 Ya se termina el 2022, y si hablamos el mismo idioma que la clase política, faltan 8 meses para el cierre de listas para las Paso (si hay, claro). Menos aún, si la convocatoria es para elecciones provinciales o municipales (si se adelantan). ¿En serio los oficialismos piensan que pueden ganar con estos índices inflacionarios? Y la oposición, ¿en serio piensa que puede generar confianza con sus propios antecedentes y con las internas brutales de este tiempo? Alguno sí terminará ganando en 2023, hoy reprueban todos. Asimismo, los únicos perdedores somos todos nosotros. Laburantes, estudiantes, empresarios y demás actores de la sociedad que todos los días quieren un país más estable y menos esquizofrénico. 

Martin Alexis Alanis.

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