Quienes nos dedicamos a reclutar talentos y gestionar equipos de personas, debemos incorporar todo el tiempo herramientas que acompañen y promuevan el bienestar de los empleados en las empresas.
En nuestro país, el constante ritmo inflacionario nos pone a revisar las escalas salariales todos los meses, a gestionar adicionales fuera de convenio, todo ello con el objetivo de retener o tentar a los talentos, ya sea para que se queden en la empresa o elijan trabajar en ella y no en otra. Este es el salario económico. Pero tener un buen sueldo no equivale a sentirse satisfecho en el plano profesional y personal.
Y como somos conscientes de que con eso solo no alcanza, de un tiempo a esta parte hemos comenzado a hablar del “salario emocional”. Todas aquellas retribuciones no económicas a las que un trabajador puede acceder dentro de la empresa y que tienen como objetivo incentivar, motivar, crear bienestar laboral y lograr un entorno positivo de desempeño, mejorando su calidad de vida dentro y fuera de la organización. Básicamente es facilitar a los empleados beneficios no económicos que les hagan sentirse cómodos dentro de la empresa. Es algo subjetivo, que varía de acuerdo a cada persona, su percepción, intereses y motivaciones intrínsecas.
Una encuesta realizada pone bajo la lupa cómo es percibido el salario emocional por las mujeres. Seis de cada diez líderes en Argentina admitieron que la flexibilidad horaria para pasar más tiempo con sus familiares y más capacitación son claves al tomar decisiones en cuanto a la elección de un nuevo puesto laboral. Es decir, seis de cada diez mujeres estarían dispuestas a renunciar a su trabajo si no cuentan con un “salario emocional” acorde con sus expectativas.
¿Cómo podemos administrar este salario en las empresas de Villa María y la región? Hay que meterse en la vida personal de la gente, pero de manera respetuosa. La idea es generar un salario emocional que permita tapar los huecos que pueda tener el salario económico. Algunas de las prácticas que suelo recomendar para que las empresas de a poco comiencen a tenerlas en cuenta son:
1. Felicitar y reconocer. Es una de las herramientas menos utilizadas y más valoradas. Usualmente, se recrimina o corrige en público: siempre hay que hacerlo en privado. Y las felicitaciones, en público.
2. Horarios con flexibilidad. Jornada Corrida. Sábado Libre (aunque sea una vez al mes).
3. Espacios confortables.
4. Días libres. Muchas compañías vienen aplicando este beneficio, en cumpleaños, fechas clave más allá de lo indicado por ley.
5. Vacaciones adicionales como incentivos: otorgamiento de días extra en los períodos vacacionales ante el logro de objetivos medibles.
6. Capacitación, porque de esta forma el empleado sentirá que nos interesa su aprendizaje, que apostamos a que se quede en la empresa y pueda volcar todo lo aprendido en ella.
7. Espacios de diálogo. El diseño de las conversaciones aplicado en las empresas es una herramienta excelente de integración.
8. Comunicación interna clara. Tener en claro los canales, cómo llega la información a los empleados.
Los principales temas por abordar: salud y cuidado personal, educación, canasta familiar, entretenimiento, vestimenta y hobbies.
Tanto para los empleados como para las empresas, las iniciativas de salario emocional tienen una repercusión muy positiva. Los primeros perciben que sus necesidades personales, más allá de lo económico, se tienen en cuenta y se sienten más valorados. Su motivación y compromiso crecen al mismo tiempo que su productividad. Para las compañías, el salario emocional se ve reflejado en una mayor implicación por parte de los empleados para alcanzar los objetivos.
Básicamente cuando hablamos de salario emocional estamos hablando de Calidad de Vida, de poder balancear la vida personal y laboral de las personas. Hoy lo que nos pide un empleado al que queremos retener es: ¿vos, como empresa, podés hacer mi vida más fácil?"
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