Plaza Centenario: reinauguración y polémicas

Se quitaron las chapas y se abrió la polémica. La renovada Plaza Centenario generó fuertes debates en cafés, redes sociales y medios de comunicación, inclusive antes de su inauguración formal el pasado lunes. La expectativa por su apertura fue igualmente proporcional a elogios y críticas de vecinos y vecinas por lo ejecutado en el corazón de la ciudad durante casi un año y medio. El tema de la semana fue “la Plaza”, nadie quiso ser ajeno al tema.

 Hay varios aspectos por considerar, quizás no bien explicado en su momento: 1) se trató de una obra de restauración y conservación del patrimonio público. No se podían ejecutar modificaciones significativas dado el valor histórico y arquitectónico de la obra pensada y desarrollada por el arquitecto Francisco Salamone en la década del 30. El Estado nacional, a través de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, no hubiera permitido cambios que atentaran contra el proyecto original. El propio intendente municipal Martín Gill reconoció que el primer plan de remodelación presentado en 2017 contemplaba cambios profundos en el diseño, pero fue la exconcejal juecista Giselle Machicado, tras presentar una petición ante el organismo mencionado, quien logró frenar esa idea. Pasó de un proyecto de remodelación a restauración.

2) Por eso, muchos vecinos se sorprendieron al encontrar la Plaza “igual”, es decir, sin nuevos elementos más allá de restauración de los originales como baldosas, bancos y fuentes. La Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos no lo hubiera aceptado. El secretario de Obras Públicas, Omar Regueira, contó que en las cuatro fuentes pretendieron colocar plantas artificiales, pero en el diseño original se habían colocado naturales y así debió conservarse, con ese mismo espíritu. 

3) Fue la propia Giselle Machicado, nombrada por Gill en el acto de inauguración, quien reconoció que el trabajo ejecutado respeta el proyecto original de Salamone. Se entienden las críticas de vecinos y vecinas que esperaban encontrar una plaza renovada, aunque no hubiera sido posible. Por eso, la falla central estuvo en la manera que se comunicó la obra y más aún cuando se colocaron chapas que impidieron observar los trabajos diarios. Demoró tanto la ejecución, por los motivos que fuere, que una gran porción de la población aguardaba encontrar una plaza distinta, nueva, pero esa jamás fue la idea ni la factibilidad. Tenía que quedar exactamente igual a la original (solo las luces led fueron incorporadas como elementos “extraños”).

 A partir de este hecho, es decir, la similitud de lo inaugurado el pasado lunes respecto al momento del cierre con chapas en todo el perímetro de la plaza y el tiempo de ejecución de los trabajos, muchos vecinos se preguntaron si lo terminado se corresponde con lo presupuestado. 

 La licitación fue de 135 millones de pesos, con redeterminaciones de algunos precios sobre el final de las tareas (así lo contó Regueira). Aquellos que elogian la puesta en valor de la plaza no repararon en este aspecto, aunque sí aquellos que se mostraron críticos de lo inaugurado. Medios y redes sociales se inundaron de cuestionamientos en este sentido, para muchos no hay relación entre la obra presentada y lo gastado. Si el Municipio quiere acallar estas críticas, con solo mostrar documentos contables con todos los gastos demostraría públicamente que lo presupuestado se corresponde perfectamente con lo erogado. Si bien el dinero llegó de Nación, las críticas apuntaron hacia la Municipalidad. Y el propio Estado local debería aportar toda la información para no dejar dudas al respecto. Para la exedil Machicado, el presupuesto creció 1000% entre el primero presentado hace cinco años y el que terminó por ejecutarse. Si bien la inflación fue altísima en estos años, ningún indicador marca una suba semejante de los precios.

 Con el paso de los días, en las redes sociales aparecieron imágenes de pequeños detalles en la construcción, o mal realizados o no terminados. El Municipio aclaró luego que los trabajos continuarían unos 30 días más. El compromiso público de Gill fue inaugurarla el 27 de septiembre, para el aniversario de la ciudad, antes las críticas por el largo cerramiento. Plaza Centenario es un ícono de Villa María, no solo para los villamarienses, sino también para los vecinos de la región que encuentran en el corazón de la urbe el punto común en el cual referenciarse. Nadie pensó que se generaría semejante debate, partió de las redes y se extendió a medios de comunicación y distintos espacios públicos y privados. 

 De todo lo mencionado hay un poco de verdad en elogios y cuestionamientos, cada actor hace hincapié en un aspecto u otro. La Plaza fue reabierta, tras muchos meses; se respetó el proyecto original; se inauguró con bombos y platillos en el marco del aniversario 155; asimismo, se levantaron fuertes críticas: por lo ejecutado, por las chapas y por el dinero gastado. Villa María es una ciudad hermosa, pujante, llena de oportunidades; pero también es una ciudad que debate, que opina y en cada discusión eleva la vara bien alta. Esta vez fue la Plaza, mañana será el turno de otro tema. Y está bien. Que haya debate, que haya democracia. Lo peor sería lo contrario.

Martin Alexis Alanis.

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