En emergencia económica

La herencia que dejó Martín Gill puso a Villa María en emergencia económica. Una deuda que, por ahora, supera los 5 mil millones de pesos, un tercio del presupuesto total de la ciudad en este 2023. Gill y su secretaria de Economía, Daniela Lucarelli, escondieron los números hasta último momento. Sin embargo, en el arqueo de caja, la realidad salió a la luz.

Más de 1450 millones de pesos en cheques a fecha; más de 3 mil millones de deuda a proveedores; y un aproximado de 800 millones en juicios a pagar. La foto de la enorme deuda es al cierre de esta columna de opinión. Las nuevas autoridades de Economía esperaban mayores pasivos en los días subsiguientes (NdR: a la fecha se contabilizan más de 7 mil millones, según el Ejecutivo). Pero, además, la gestión gillista pagó los salarios de noviembre en descubierto, es decir, con préstamos de dos bancos y no dejó dinero para aguinaldos y sueldos de diciembre.

“Hay problemas importantes desde el punto de vista financiero, que no lo esperábamos de esta magnitud. Si veíamos el presupuesto ejecutado de octubre, nos decía que teníamos una situación superavitaria, pero 60 días después nos dimos cuenta que los números son todo lo contrario”, afirmó Accastello en sus primeras horas de gobierno. Se esperaban dificultades económicas, jamás de esta envergadura”.

El Concejo Deliberante sancionó de manera exprés la emergencia económica. Ya pesan embargos sobre las cuentas municipales. Sin fondos, con deudas y juicios a pagar, más un contexto de país signado por el ajuste, los primeros meses de la cuarta administración de Accastello serán complejos. Nadie entiende porqué Gill y su secretaria de Economía no informaron el pasivo de la Comuna. Ni en el periodo de transición ni en los informes de gestión del Municipio y tampoco cuando se presentó el Presupuesto y Tarifaria. Nadie nunca lo supo.

Una “irresponsabilidad política”, como lo señaló la concejal opositora Natalia González, que obligó al cuerpo en su conjunto (por unanimidad) aprobar esta incómoda ordenanza en el debut de los nuevos ediles. Oficialistas y opositores se pusieron de acuerdo. El Municipio corre serios riesgos económicos y financieros y solo una ordenanza “protectora” permitirá ordenar lentamente una pasivo millonario.

“Lamentablemente no pudimos acceder (a los números), hubo muchos secretarios que nos abrieron todo y otros que no nos dieron información hasta el último día. Martín (Gill) mostró la voluntad de hacer la transición, también muchos secretarios, pero hubo otros que no la mostraron y ahora nos damos cuenta porqué”, señaló Accastello, quien trató de exculpar al exjefe comunal y dirigir las críticas hacia la secretaria de Economía saliente.

El presidente Javier Milei anunció el ajuste en la campaña y ya lo ejecuta con su ministro Nicolás Caputo. El Estado nacional buscará achicar el enorme déficit fiscal con “la motosierra” encendida desde el minuto uno. El gobernador Martín Llaryora, por su parte, anunció un gobierno de austeridad y hasta se bajó un 25% el salario. Accastello, en su primer discurso, también habló de austeridad y eficiencia del Estado. Todo un mensaje en sincronía, más allá de las lógicas diferencias políticas e ideológicas entre los dirigentes.

En ese marco, el intendente anunció la modernización de áreas claves para digitalizar trámites vinculados a habilitaciones de comercios, obras o cualquier otro emprendimiento privado. Se fue el Estado obstaculizador y lento de Gill, esperemos que llegue uno moderno y ágil para empresarios, comerciantes, desarrollistas y emprendedores. También para todos los ciudadanos.

Martín Alanis

*Publicada en la última edición de Revista Claves