La gestualidad y la política

 En el mundo de la política, el lenguaje gestual tiene un inmenso valor en la lectura de los acontecimientos. Los dirigentes exponen en público sus simpatías, diferencias, acuerdos y desacuerdos.

Los actos de carácter institucional, que tienen a funcionarios de distintos partidos compartiendo la mesa de trabajo, suelen ser fríos y protocolares. Bien diferentes son aquellos donde los actores comulgan el mismo ideario y compromiso con un proyecto político. Allí sobran los elogios.

 En la última visita del gobernador Juan Schiaretti, que tuvo lugar el pasado lunes en Villa María, la mirada de los presentes se detuvo en los gestos que el mandatario provincial tendría hacia los anfitriones, los intendentes Martín Gill (Villa María) y Natalio Graglia (Villa Nueva), luego de sus candidaturas a diputados nacionales por el Frente de Todos en las elecciones legislativas del año pasado.

 Schiaretti fue recibido por ambos jefes comunales primero en el Hospital Pasteur, donde se exhibió nueva aparatología adquirida por el Gobierno provincial; y luego en el Centro Cívico, donde se firmó el convenio para la construcción del último tramo de circunvalación que atravesará ambas villas (entre ruta 4 y ruta 9). Tanto Gill como Graglia elogiaron y agradecieron la gestión del gobernador en materia de obras públicas; y Schiaretti retribuyó los elogios aunque con una definición contundente: “Podemos pensar distinto, pero trabajar juntos”.

 En esa frase, la cordialidad expuesta mostró un límite. Para Schiaretti, Gill y Graglia “piensan distinto” y forman parte del kirchnerismo. Asimismo, recalcó que no es un impedimento para “trabajar juntos”.

 Si bien la gestualidad evidenció mejoras en las relaciones de la Provincia y el Municipio, o los Municipios, la realidad camina por senderos diferentes. Los gestos son importantes, como se dijo en el primer párrafo, empero no lo son todo.

 El famoso “off de record” que los periodistas utilizamos como herramienta de trabajo nos permite entender el subsuelo de las vinculaciones políticas. Lo que aflora a la superficie es visible por todos y analizable en la gestualidad o en las palabras, pero lo que realmente vale para entender el contexto son las palabras que configuran el mapa de acercamientos o alejamientos de los dirigentes según el contexto, y en general esas manifestaciones no forman parte de la escena pública.

 Y el schiarettismo, según se pudo escuchar durante y luego de la estadía del gobernador, tiene claro que “Gill es un hombre de Alberto en Córdoba” y Schiaretti “no va hacer nada para acercarse al kirchnerismo”. Entienden que Graglia es socio político de Gill y le cabe la misma lógica más allá de la cordialidad de las palabras. 

 “Gill no forma parte del círculo de consultas del gobernador”, sentenció una fuente consultada por Claves Digital, y descartó que pueda ocupar un lugar en las definiciones políticas del peronismo cordobés “si sigue en el Frente de Todos”. La unidad en el PJ local y departamental evitó la interna partidaria y dejó un mensaje futuro de posible unidad entre los diferentes “ismos” de cara a las municipales. Sin embargo, lo que pueda suceder en el plano local, por ahora no transita la misma lógica en la esfera provincial.

 El peronismo local, en todas sus vertientes, sabe que necesita de la unidad para retener la Intendencia. El peronismo provincial, que tendrá un rival de fuste en las urnas, a partir de la unificación de Juntos por el Cambio, entiende que sumar al kirchnerismo -en realidad- sería restar votos por el perfil anti-K de la provincia.

 En definitiva, la buena camaradería del pasado lunes marca un camino de diálogo y mejores relaciones respecto al año anterior. Una foto conjunta de Schiaretti, Gill y Graglia tomándose de la mano (que se puede observar en esta columna de opinión) se leyó como un cambio de ánimo entre los dirigentes. Por ahora solo en el plano institucional, luego veremos si se traduce en lo político. Aunque hay un claro límite para el schiarettismo: “si Gill sigue en el Frente de Todos, nada podrá hacer en Hacemos por Córdoba”, textual. La política siempre es el arte de lo posible y nada puede descartarse hasta el final. 
 
Martin Alexis Alanis

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