3R Servicios: el aceite de fritura ya tiene su destino sustentable

Que el aceite de cocina es un elemento básico de cualquier casa, no es novedad. Pero si ese ingrediente a base de oleaginosas, fuera la materia prima de otros productos o un potencial biocombustible lo hace más atractivo.  En esa línea transita el emprendimiento 3R Servicios que lleva adelante Alexis Rinero para recuperar el aceite vegetal usado (AVU), empleado en la actividad gastronómica, y convertirlo en biodiesel para luego ser utilizado como materia prima de subproductos como líquido de lampazo, creolina o jabón de glicerina, evitando así que se deseche y contamine miles de litros de agua.

“3R Servicios surge a principios de este año ante la necesidad del conglomerado de no contar con un tratamiento de los residuos de AVU”, indicó Rinero, quién nombró su proyecto en base a tres aspectos fundamentales de la economía circular: Reducir, Reciclar y Reutilizar los residuos. En cuanto al emprendimiento, sostuvo que “a nivel local es pionera en la recolección del AVU y focalizada en la economía circular y en la sustentabilidad”.  

A nivel domiciliario el AVU generalmente se descarta por la red cloacal, en tanto los medianos y grandes consumidores de aceite (bares, restaurantes, hoteles, rotiserías, fábricas de snacks, entre otros); no saben que destino darle o donde llevarlo. Cabe destacar que un litro de este residuo mal depositado contamina 1.000 litros de agua potable.

Los biocombustibles de primera generación se originan principalmente a partir de azúcares o aceites vegetales. En el primer caso el proceso da por resultado Bioetanol, mediante la fermentación de azúcares presentes en la caña de azúcar, remolacha, maíz, entre otros. En tanto el Biodiesel se obtiene a través del método de transesterificación de los aceites presentes en oleaginosas como ser: soja, girasol o palma.

Ahora bien, los combustibles ecológicos de segunda generación, a diferencia de los primeros cuya materia prima son los cultivos, se producen aprovechando los restos de vegetales o residuos no alimentarios (denominado biomasa), ejemplo de ello es el aceite de fritura, cáscara de frutos secos o bagazo. 

En base a esto, la incipiente pyme local se fue desarrollando. “Primero adquirí con fondos propios una máquina que me permite procesar el aceite hasta la obtención del biodiésel crudo”, explicó el titular de 3R Servicios. El proceso químico para obtener el biocombustible es la transesterificación, donde el aceite de fritura se mezcla con un catalizador generando un sistema homogéneo, que luego de estacionarse por un período de tiempo, logra separarse en dos productos: glicerina y biodiésel crudo. Luego el combustible biogénico atraviesa procesos de lavado hasta la obtención del biodiesel refinado. 

“Transformamos el residuo en un combustible de segunda generación”, asegura Rinero aclarando que si bien es un producto sustentable  apto para motores gasoleros, “en el caso del emprendimiento pasa a ser materia prima para la fabricación de líquido de lampazo, creolina y panes desengrasantes”.  Otras líneas de producción que continúan en su puesta a punto, son la producción  de jabón y renovador de caucho a partir de la glicerina. 

Actualmente el proyecto funciona en un espacio de la ciudad de Villa Nueva, con Rinero a la cabeza y cuatro empleados, contando con el aporte del residuo oleoso de más de 60 locales gastronómicos, cuya recolección se realiza con bidones recuperados de otras industrias químicas y previamente lavados. “Todo lo que producimos se lo proveemos a una destacada química de la misma ciudad, cerrando el circuito de economía circular”, detalló el dueño de 3R Servicios. 
Reconocimiento internacional y debut en eventos

El concurso Emprender con Conciencia Ecológica, financiado por la Unión Europea, buscaba potenciar proyectos de innovación orientados a la economía circular y enmarcados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. A tal efecto Rinero presentó su idea, la cual obtuvo el primer puesto, accediendo de esta manera a una formación intensiva en Startup Braga en Portugal, junto a un premio de 500.000 pesos y capacitaciones. “Con la premiación pude adquirir nuevo equipamiento que me permite ajustar la técnica y mejorar el producto final”, expresó el titular del proyecto.

Además aseguró que “fue una experiencia increíble porque sirvió para aprender de otros emprendedores que pasaron por las mismas vivencias y entender cómo se manejan las unidades de negocios”.

Por otra parte, el emprendimiento tuvo su prueba piloto en un evento, como lo fue la Fiesta de la Cerveza en Villa Nueva. Allí se logró recolectar 300 litros de aceites entre todos los puestos gastronómicos y asistentes que se acercaron con su botella de aceite recuperado. “Ahora estamos apuntando a crear convenios con otras localidades para alcanzar un nivel departamental y regional”, resumió Rinero.

Soledad Santa Cruz, bióloga

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