Huella de Carbono: reducir para compensar

Desde que una persona se levanta hasta que se acuesta, desde que se prende hasta que se apaga la maquinaria de un predio industrial, absolutamente todo genera emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Si se remite al concepto de “efecto invernadero” implica el fenómeno natural donde la dinámica entre la Tierra y su atmósfera permite mantener las condiciones necesarias para el equilibrio de la vida.

 Pero la realidad corrompe la teoría y desde el siglo pasado el escenario ambiental deja en relieve que el aumento en las emisiones de estos gases tiene relación directa con el cambio climático.

Partiendo de este eje, la Huella de Carbono se posiciona como la estrategia de vanguardia para sopesar el desbalance que genera el accionar desmedido del hombre, reflejado en  el calentamiento global, sequías, pérdida de productividad y pobreza.

La Huella de Carbono es una herramienta ambiental que calcula las emisiones de GEI generadas de manera directa o indirecta por las personas, empresas, productos o hasta incluso eventos. Precisamente, es una métrica de masa de dióxido de carbono equivalente (CO2eq) y se emplea el CO2 como parámetro ya que al ser el más abundante se toma como referencia de los otros elementos de la atmósfera.

Numéricamente, deja al descubierto el nivel de compromiso que tiene cada actor (persona u organización) en el cambio climático y en base a esto diagramar hábitos, procesos y acciones que mitiguen el impacto negativo en el ambiente.

En términos económicos, se visualiza como un activo del proceso productivo al formar parte de las políticas que pueden aplicar las empresas en torno a su Responsabilidad Ambiental Empresarial, donde los resultados a obtener son: producción limpia, reducción en sus costos de producción, implementación de energías renovables y el recupero de ítems que mutan de residuos a recursos en nuevos ciclos productivos.

A escala individual la Huella de Carbono permite reconocer qué aspectos de la vida diaria se pueden modificar, a los efectos de reducir el impacto negativo que se genera en el entorno natural. De allí se desprende la idea de consumo responsable, promoviendo la adquisición de productos y servicios que se hayan generado con una baja emisión de CO2. 

Para esto existen consultoras que proveen asesoramiento con el fin de determinar cuál es la huella de carbono y un esquema de planificación que reduzca esa métrica según el cliente. Tal es el caso de Carbon Neutral+, la empresa de capitales riocuartenses que mide la Huella de Carbono para brindar soluciones a partir de la compensación con bonos de carbono que mitiguen el impacto ambiental.

También se puede obtener la huella a través de calculadoras virtuales de libre acceso, las cuales arrojan un valor aproximado de cuántas emisiones de carbono despedimos. En este caso están más orientadas a las personas y su iniciativa individual de generar un cambio.

Un promotor para todas las escalas
La Huella de Carbono impulsó la implementación de tratados internacionales como el Acuerdo de París, que entró en vigencia en 2016 y fue desarrollado en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Su esencia radica en comprometer a los países firmantes a una transformación económica y social para el desarrollo de estrategias que apelen a la reducción en las emisiones de GEI.

Con la misma perspectiva, los “ecoconciertos” son la apuesta del mercado de la música. Ejemplo de ello es la banda británica Coldplay, que rediseñó sus conciertos para ofrecer música sustentable a partir de pistas cinéticas y consumo responsable, entre otros recursos amigables con el medio ambiente.

Sin ir más lejos, la próxima Copa Mundial de la FIFA Qatar 2022 se desarrollará en un marco sustentable, mediante el compromiso asumido por la FIFA y el comité organizador catarí para reducir y compensar las emisiones de CO2 relacionadas a la organización del evento.

A escala nacional equipos de investigación dependientes del INTI e INTA desarrollan calculadoras y programas que permitan parametrizar la huella en diversos cultivos, tales como el arroz y el trigo.

La Huella de Carbono detecta los puntos críticos donde se debe aplicar el cambio. Modificar la conciencia y conducta ambiental requiere de esfuerzos colectivos y estrategias sustentables. No presenta limitaciones, sólo las agujas del reloj que se siguen moviendo.

Soledad Santa Cruz
Bióloga

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