Lorenzati y Ruetsch: generación de energía limpia en un plan estratégico de sustentabilidad

A comienzos de marzo un apagón de luz afectó a múltiples provincias, pero una localidad del sudeste departamental logró salvar este desperfecto con el autoabastecimiento de energía eléctrica. Allí, en Ticino, se asienta Lorenzati & Ruetsch y CIA SA, una de las maniceras más importantes del país que cuenta con un plan de sustentabilidad, donde su nave insignia es la planta generadora de energía renovable a partir de la cáscara de maní. Medidas y políticas que acompañan a este eje impulsan la actividad de la firma, en un marco comprometido con el medio ambiente.

Entendiendo el impacto que tiene su actividad en el entorno natural, la empresa agroalimentaria se propuso trazar los lineamientos que delimitaron el curso de la empresa. “El primer reporte de sustentabilidad se publicó en 2018 con los datos obtenidos en 2017”, explicó la responsable del Área de Gestión Integral de la firma, Natalia Basilotta; aunque sostuvo que “había muchas acciones ejecutándose desde hace años”. En la misma línea detalló que los ejes de las políticas sustentables se centran, además de mitigar el impacto ambiental, “en respetar los derechos humanos y laborales, realizar compras sostenibles, tener una relación de calidad con los clientes y mantener un compromiso con la comunidad”.
 
Para cumplir con estos estándares uno de los primeros objetivos fue la generación de energía limpia, a partir de la construcción en 2017 de la Generación Ticino Biomasa (GTB), una usina de energía renovable ubicada en el parque industrial de 60 hectáreas que posee la empresa, en Ticino. A fines de 2018 abrió sus puertas como una de las primeras centrales generadoras de energía eléctrica del país, para conectarse directamente al Sistema Argentino de Interconexión (SADI).

“El proceso está regido a base de cáscara de maní, con lo cual hacemos una revalorización del residuo de nuestra producción, pasando a ser un insumo para generar energía renovable”, destacó Basilotta. Además indicó que “para obtener 37.000 MWh (megavatio hora) por año se necesitan 40 mil toneladas de cáscara de maní en la generación anual de energía”.

El proceso de generación de energía involucra una primera etapa de acopio de la biomasa (cáscara de maní), para luego trasladar dicho material a la caldera donde se quema y obtiene vapor de agua. Este vapor se conduce por una turbina produciendo trabajo mecánico de rotación, el cual acciona un generador que produce la energía eléctrica.


“En base a esto la capacidad instalada que tiene la GTB equivale a generar energía para 8.000 hogares, que representa diez veces las viviendas de Ticino”, subrayó la representante de la firma. 


Otro de los grandes hitos de la empresa en materia ambiental fue la medición de la huella de carbono. En este aspecto, Basilotta resaltó que la compañía es “pionera en el mercado latinoamericano de la producción de maní” en medir este parámetro. La auditoría se realiza con un consultor externo que analiza cada dos años el período bianual. Con más detalle, el cálculo de la huella incluye el inventario de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) tanto directas, asociadas a la actividad y controladas por la empresa, como las indirectas que no están bajo el régimen de la firma y son consecuencia del proceso productivo.


Si de sustentabilidad se trata, otro aporte de la empresa al medio ambiente fue la rotación de cultivos. “El esquema implica cada 4 o 5 años rotar el maní con cultivos de soja, maíz y trigo”, explicó la titular del Área de Gestión Integral, para mejorar el contenido de materia orgánica del suelo, y al mismo tiempo “reducir la aplicación directa de pesticidas y fertilizantes”. En la misma línea explicó que “desde 2017 se lleva adelante el tratamiento de residuos”, con procedimientos que permiten separar, reciclar y reutilizar lo que se descarta, “gestionando todo a través de auditorías internas y externas a la empresa”. Del mismo modo, las tarimas que transportan el maní envasado se acondicionan para luego volver al circuito productivo. En tanto los big bags, se reparan para reutilizarse en el almacenaje y transporte de maní o semillas. 


Proyectando el futuro de la firma, manteniendo siempre la política ambiental como norte, Basillota concluyó: “Tenemos como meta certificar nuestro sistema de gestión ambiental bajo normas ISO 14001 para este 2023; y a largo plazo reducir el consumo de combustible y el reemplazo y uso eficiente de insumos para un menor impacto ambiental”.

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